Buque escuela de la Armada Argentina llegó a España

Buque escuela de la Armada Argentina llegó a España

Parte de la cubierta y los mástiles del buque escuela de la Armada Argentina, la fragata ARA Libertad, atracada en el puerto atlántico español de Cádiz (suroeste). EFE/Román Ríos

 

 

 





Tras recorrer América y varios puertos de Europa, la fragata ARA Libertad, buque escuela de la Armada Argentina, ha pasado tres jornadas en el puerto español de Cádiz, de donde partirá este martes hacia Brasil, regresará después a Buenos Aires y concluirá así su 50.º crucero de instrucción.

Cádiz es el último lugar de Europa y el único de España donde ha recalado durante este periplo, que comenzó el 30 de abril.

El barco hace escala en la ciudad española por cuarta vez en sus 59 años de historia; ya lo hizo en 2012, 2018 y 2019, como recuerda a EFE desde la cubierta el teniente de fragata Juan Cruz Argüello.

La Libertad es considerada “un símbolo” de la identidad argentina y “pieza fundamental” en la enseñanza de sus cadetes, además de ser “una embajada flotante que cumple su función diplomática en los distintos puertos en los que va recalando”, explica, un rol diplomático que la tripulación asume con responsabilidad y honor.

Esta travesía busca también que los guardiamarinas “entiendan la esencia de la navegación de los primeros grandes veleros que surcaban los mares”.

Según Argüello, el corazón de este gran buque -de 100 metros de eslora y 14 de manga- son sus 27 velas, aunque matiza que “en este barco todo es esencial”, incluida la comida. “Si uno come bien, está de buen humor y entonces se navega mejor”, comenta.

El buque tiene una dotación de 27 jefes y oficiales, 192 tripulantes y 93 guardiamarinas; uno de ellos, Agustín Bazán, reconoce que la travesía es “larga”, pero le está permitiendo conocer otras culturas y aprender de ellas.

“Se hace largo y se echa de menos a la familia, pero participar en la misión diplomática de mi país es una experiencia única”, resume el guardiamarina.

Cuenta con sorpresa que, al bajar del barco y pasear por las calles de Cádiz, descubrió que el edificio del Ayuntamiento de la ciudad es “muy similar” al de su localidad natal, Río Cuarto, en la provincia argentina de Córdoba.

“Llamé a mis padres y les dije que no sabía si estaba en Cádiz o en Río Cuarto”, bromea ante la coincidencia y las señales que unen esta ciudad española con el país argentino. Cádiz es el puerto al que llegaba la flota española de Indias desde 1680.

Este crucero supone para él un “viaje de despedida” de su promoción tras cinco años de formación. Al llegar a Buenos Aires, él y sus compañeros se dirigirán a unidades distintas para especializarse.

Bazán quiere ser piloto de helicóptero. Ha solicitado hacer el curso de aviación naval, un cambio del mar al aire que no le asusta en absoluto. “En la marina argentina se dice que los aviadores navales son marinos que vuelan. Primero tienes que aprender a ser marino y después aprender a volar”, comenta.

TESOROS DE LA FRAGATA LIBERTAD

Entre los tesoros que guarda esta fragata están las réplicas de las espadas de Simón Bolívar y del general Manuel Belgrano, y un cronómetro de José Rodríguez Losada, el ilustre relojero creador del reloj de la Puerta del Sol de Madrid.

Esta no es la única relación que este buque parece tener con España, ya que su mascarón de proa es obra del escultor español Carlos García González, quien hizo un boceto inspirándose en su esposa Úrsula y la convirtió en la diosa griega Niké (Victoria) para simbolizar la República Argentina y su sentimiento arraigado de libertad.

“Cariñosamente la llamamos ‘la Viki’ y la cuidamos mucho porque es la cara de nuestro barco”, cuenta el teniente Argüello sobre este mascarón.

La fragata argentina ha visitado once puertos extranjeros, seis de América y cinco de Europa, siendo Cádiz el último. Ahora se dirigirá a Salvador de Bahía (Brasil) y llegará a Buenos Aires el 25 de septiembre.

EFE