El funeral de Estado del ex primer ministro japonés Shinzo Abe, que se producirá en septiembre, costará al menos 250 millones de yenes (unos 1,8 millones de euros) y se espera que asistan unas 6.400 personas, revelaron hoy fuentes gubernamentales.
Este presupuesto, que se espera que el Gobierno apruebe esta semana, cubrirá los gastos para alquilar el lugar del acto, el emblemático estadio Nippon Budokan de Tokio, así como las medidas anticovid, según detalles publicados por la agencia de noticias Kyodo.
La cantidad no incluye los gastos del despliegue de seguridad, por lo que podría aumentar, añadió el citado medio.
Estos fondos para el funeral de Estado, que está previsto para el 27 de septiembre, se obtendrán en su totalidad de los fondos de reserva del presupuesto del Gobierno nipón para el año fiscal 2022.
El funeral ha sido criticado por la oposición y la opinión pública, que argumentan que no debería financiarse con dinero público y que el coste es muy superior al de otros funerales de exmandatarios que no han corrido a cargo del erario público.
Al ser preguntado por el presupuesto, el portavoz gubernamental, Hirokazu Matsuno, dijo hoy en una rueda de prensa que “el gasto procederá del Estado en la categoría de reserva general” y que sus esfuerzos ahora están en asegurarse de que sea “solemne y cálido”, aunque no quiso confirmar una cifra exacta.
Entre las principales figuras extranjeras que tendrían previsto asistir al funeral se encuentran el ex presidente de Estados Unidos Barack Obama, la actual vicepresidenta, Kamala Harris, y el presidente francés, Emmanuel Macron.
Será el segundo funeral de este tipo en el Japón de posguerra desde el dedicado en 1967 a Shigeru Yoshida, quien gobernó en una primera legislatura de un año (1946-1947) y posteriormente en un período relativamente estable de más de 6 años (1948-1954) en un país caracterizado por sus frecuentes cambios de Gobierno.
La familia de Abe ya celebró unas exequias privadas en el templo budista Zojoji de Tokio en julio que congregaron a miles en el área, así como a miembros de su partido, la oposición y diplomáticos.
El exmandatario murió el 8 de julio a los 67 años tras se disparado mientras daba un discurso frente a una estación de tren de la ciudad de Nara, en el oeste del país, en acto electoral. EFE