El gobernador de Misisipi, Tate Reeves, declaró este martes el estado de emergencia por la falta de agua corriente que sufre la capital, Jackson, debido a problemas en una planta de tratamiento por las inundaciones, y movilizó a la Guardia Nacional para ayudar.
“El estado está reuniendo enormes recursos para proteger a los habitantes de nuestra capital”, manifestó Reeves en un comunicado, “llevará tiempo que esto dé sus frutos. Pero estamos aquí en tiempos de crisis, para cualquier persona del estado que lo necesite. Esa es mi responsabilidad como gobernador, y es lo que todo el mundo en mi Administración se ha comprometido a garantizar”.
La planta O.B. Curtis presenta serios fallos de presión que han dejado prácticamente sin agua corriente a toda la ciudad, así como a las zonas aledañas al condado de Hinds.
Los problemas han provocado que Jackson es incapaz de suministrar suficiente agua para que funcionen los inodoros, ser capaz de combatir incendios y satisfacer otro tipo de necesidades.
Como consecuencia, existe “un problema extremo para la seguridad de las personas”, subrayó la oficina del gobernador en el comunicado.
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