A finales de febrero del 2019, Nicolás Maduro rompió relaciones con Colombia y les dio 24 horas a los diplomáticos de esa nación para salir del país.
Por EL TIEMPO
Haciendo caso a la orden los funcionarios del consulado de ese país en Medellín abandonaron el inmueble ubicado en el barrio Belén-Rosales, en el que operó esta sede por más de 30 años.
Y así ha permanecido durante más de tres años. La afectación no es solo para los venezolanos que residen en la capital de Antioquia, quienes quedaron sin lugar para hacer sus trámites, también es para la propietaria del predio, Consuelo Berrío, una mujer de 80 años cuyo único sustento era el canon de arrendamiento que pagaba el consulado.
El apoderado de la señora, Luis Bedoya, explicó que, debido a que ese predio es considerado como territorio venezolano, la dueña no ha podido ni arrendarlo ni venderlo. De hecho, cuenta, ni siquiera la han dejado entrar.
“Yo como apoderado intenté lograr la restitución del inmueble a través de jueces y magistrados de la República, pero dada la Convención de Viena y los tratados internacionales ha sido imposible porque todos se han declarado impedidos. Busqué la ayuda de la entonces Canciller Marta Lucía Ramírez, pero nunca hubo respuesta”, manifestó Bedoya.
Es por lo anterior que, aprovechando el restablecimiento de las relaciones entre ambos países, la propietaria del predio y su apoderado le hacen un llamado a la cancillería y a la embajada para que les ayuden a que los funcionarios del vecino país les paguen los cánones de arrendamiento que se adeudan, los cuales suman casi 450 millones de pesos (el contrato por el alquiler de la casa es de 6 millones de pesos mensuales), así como la restauración de la casa, que está cayendo por partes.
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