Los feminicidios están al alza en Cuba, algo que las activistas achacan a la “endeble red de apoyo familiar y comunitaria” y a que no se denuncian muchos casos de violencia machista.
En el primer semestre del año murieron 24 mujeres de forma violenta, hubo cuatro intentos de agresiones y se verificó un asesinato vicario, según la plataforma independiente Yo Sí Te Creo en Cuba, que en conjunto con otras organizaciones recoge estos datos a falta de un recuento oficial.
En comparación, este colectivo verificó 36 feminicidios en el conjunto del año pasado y 32 en 2020, incluidos 4 asesinatos vicarios.
Con reportes que llegaron a cuatro casos de violencia machista a la semana, esa plataforma denunció a Efe que, en caso de que hagan las denuncias, “no existe un actuar de las autoridades que contenga a ese agresor”.
Otro de los patrones documentados y compartidos con Efe por una portavoz que pidió mantener el anonimato es “la naturalización que tiene la violencia previa al feminicidio, no solo en lo institucional, sino en lo familiar y comunitario”.
Muchas mujeres logran salir de ese ciclo de violencia, pero otras “terminan siendo ultimadas porque falla algo o todo de lo institucional, familiar y comunitario”, lamentó el colectivo.
JÓVENES DE COMUNIDADES RURALES
Yo Sí Te Creo en Cuba explicó a Efe que la mayoría de las víctimas son jóvenes de comunidades rurales y que los agresores suelen ser parejas o exparejas.
El último caso que ha registrado este colectivo es un ataque machista del 18 de agosto en Vertientes (oriente), en él que Yodeisi Fabelo resultó herida y murió su hija de 7 años.
La media de edad de las víctimas se situó en 29,6 años, en tanto que en los primeros seis meses de 2021 era de 36,9, según datos de las plataformas feministas cotejados por Efe. Al menos el 43,7 % de las mujeres fueron asesinadas por su actual pareja y el 37,5 % dejaron hijos huérfanos.
CIFRAS OFICIALES
Cuba no publica cifras de violencia machista. Los datos de este tema más recientes son los de una Encuesta Nacional de Igualdad de Género de 2016, en el que se interrogó a 10.698 mujeres.
En ella se apunta que el 26,7 % de las mujeres cubanas de entre 15 y 74 años aseguraron haber sufrido algún tipo de violencia en su relación de pareja en los 12 meses previos al estudio y que apenas el 3,7 % de las agredidas pidieron ayuda institucional.
Efe solicitó una entrevista con la oficial Federación de Mujeres de Cuba (FMC) y por el momento no ha recibido respuesta.
AUMENTO ANTE MAYOR DENUNCIA
“En el caso de Cuba se constata un incremento de las denuncias públicas y visibilidad de los casos, especialmente en internet y las redes sociales”, aseguró a Efe vía correo electrónico la directora regional adjunta de ONU Mujeres para las Américas y el Caribe, Cecilia Alemany.
La responsable de ONU Mujeres recalcó, sin embargo, que “todos los feminicidios, independientemente de su número”, resultan “alarmantes”.
Agregó que ONU Mujeres mantiene un trabajo conjunto de hace más de una década con instituciones gubernamentales y organizaciones cubanas, incluida la FMC, pese a no tener oficinas en el país.
Alemany señaló que el aumento en la visibilidad de los casos impulsa la “sensibilización en la opinión pública, la movilización de la sociedad civil y la adopción de leyes específicas para prevenirlos y castigarlos”.
A su juicio, entre los factores de la violencia machista se encuentran “la prevalencia de estereotipos de género”, así como “normas sociales tradicionales que están en la base de inequidades, discriminaciones y violencias”.
OTRO FENÓMENO: LAS DESAPARICIONES
Yo Sí Te Creo en Cuba identifica un nuevo fenómeno en la isla que relaciona directamente con la máxima expresión de la violencia machista: las desapariciones de mujeres y niñas.
“Muchas derivan en feminicidios sexuales y de otro tipo”, comentaron las activistas, que alertan además sobre la tardía reacción de los familiares a la hora de denunciar.
El país no cuenta con el sistema de notificación de menores desaparecidos conocido en el mundo como Alerta Amber, una cuestión que Yo Sí Te Creo en Cuba califica de “deficiencia” de su propio trabajo.
LAS FAMILIAS
“Las familias de las víctimas suelen comportarse de forma retraída y silenciosa debido a la fuerte pérdida que sufren y los numerosos problemas a resolver, sobre todo cuando la víctima deja hijos menores de edad”, según el colectivo entrevistado por Efe.
Muchos menores quedan a cargo de sus abuelos, que a veces “no cuentan con las fuerzas, ni los recursos para afrontar los cuidados”.
Yo Sí Te Creo en Cuba denuncia esta “situación precaria” y subraya “la necesidad de apoyos específicos a las familias afectadas por los feminicidios”.
Otra cuestión compartida a Efe es el hecho de que las familias de las víctimas “no se hayan organizado para resolver problemas comunes, ni tratar de incidir en mecanismos para la justicia y reparación, no solo para las víctimas sino también para los hijos”.
UNA LEY
Las plataformas independientes demandan por este motivo una ley contra la violencia de género y critican al Gobierno por no tipificar el feminicidio como delito en el nuevo Código Penal, aprobado en mayo pasado, pese a que este contempla la violencia por motivos de género.
La representante de ONU Mujeres, por su parte, no ve este asunto como determinante. “Su existencia no implicará necesariamente un descenso de la violencia por motivos de género, cuyas causas se encuentran arraigadas en la cultura patriarcal”, aseguró.
En su opinión, “además de las leyes, debe haber también campañas de comunicación, educación a todos los niveles, trabajo en las comunidades”.
Alemany acotó que otras iniciativas estatales, como el Programa Nacional para el Adelanto de las Mujeres y la Estrategia integral de prevención y atención a la violencia de género y la violencia en el escenario familiar, “contemplan acciones para avanzar hacia una legislación específica en Cuba”.
ONU Mujeres, agregó, colabora en “el fortalecimiento de capacidades de sectores clave como el jurídico, el levantamiento de información, la articulación intersectorial y la construcción de un sistema integrado e integral de atención a las víctimas”.
Un ejemplo en este ámbito, destacó, es la Estrategia integral de prevención y atención a la violencia de género y la violencia en el escenario familiar, aprobada el año pasado con apoyo del Fondo de Población de Naciones Unidas.
EFE