Desidia y penurias dibujadas en cuerpos flácidos y calles de tierras empantanadas, con la basura mezclada entre matorrales. Esta es una de las tantas imágenes que muestra la comunidad de Los Mangos y otras calles cercanas del sector Vista Hermosa, en San Juan de los Morros, capital del estado Guárico.
Por Pedro Izzo / Corresponsalía lapatilla.com
En ese sector están ubicadas a escasos metros, la cárcel 26 de Julio y la antigua Penitenciaría General de Venezuela (PGV), desalojada el 28 de octubre de 2016, después de cuatro semanas de un conflicto armado.
Hoy los habitantes ya no escuchan el rugido de las balas: solo les queda el silencio del ayer y el terrible abandono, en la que fue considerada una de las invasiones más grandes del país, incluso, de Latinoamérica, tal como lo recuerdan algunos habitantes.
“Tenemos 14 años aquí, de los cuales nos habíamos quedado esperanzados de que nos sacaran adelante, poco a poco, porque nada es de la noche a la mañana”, contó María Eugenia de Reyes.
Lluvias e inundaciones
El equipo reporteril de lapatilla.com acudió al llamado de algunos habitantes de Los Mangos, que piden a las autoridades regionales y municipales, los ayuden a dragar sus calles, intransitables y colapsadas de basura y maleza, ya que debido a las lluvias sus casas se inundan. Las necesidades que padecen los habitantes de Vista Hermosa parece no importarle a las autoridades regionales y municipales, pues no atienden los llamados de auxilio de estos venezolanos.
“Yo no me quiero ir, porque no tengo para dónde irme. Ese ranchito no me lo va a comprar nadie, para irme más adelante o para otra comunidad. Entonces, el bien que quiero para mí lo pido para todos en la comunidad, porque padecemos las mismas necesidades: hemos perdido neveras, colchones, papeles, documentos, ropa, alimentos, todo a raíz de las lluvias”, lamentó María Eugenia.
Las fuertes lluvias colapsan los pozos sépticos, aumentan los riesgos de contaminación y de picaduras por insectos, culebras o animales ponzoñosos.
“A mí me picó una araña en este pie hace unos meses, y era de un pozo séptico. Entonces imagínense un niño con un cuadro como el que yo viví, con diarrea, fiebre, dolor de cabeza, dolores ponzoñosos en las piernas, no podía dormir, es desesperante”, indicó María Eugenia.
Vecinos de Los Mangos y sus adyacencias explicaron que no tienen calles asfaltadas y la mayoría de las viviendas son “ranchos de zinc o madera”. Los servicios básicos con los que cuentan, fueron instalados de manera rudimentaria por los mismos habitantes.
Pobreza extrema
Quienes habitan en el sector Vista Hermosa tienen una mirada en primera fila al majestuoso Monumento Arístides Rojas, también conocido como los Morros de San Juan. Esta obra de la naturaleza contrasta con las penurias de una comunidad desasistida y en pobreza extrema.
“Tenemos diez años que el gobierno no nos ha querido ayudar. Anteriormente nos hacían nuestras calles, rellenaban, pero ahora el aseo no pasa y la gente bota la basura o la quema, porque lo que era la calle principal está lleno de monte y basura, ya no se puede pasar por ahí”, explicó Ennio Reyes.
El deterioro que evidencia el sector Vista Hermosa, en la capital de Guárico, es un reflejo fiel de la crisis venezolana, de acuerdo con el análisis de Milagro Domínguez, especialista en Trabajo Social.
“Cuando hay carencias de asuntos básicos como alimentación, educación, salud, vivienda y empleo, eso refleja una disminución del bienestar social en la comunidad, basado fundamentalmente en la falta de atención de los entes correspondientes”, subrayó.
En 2021, la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi) estimó en un 73% la inseguridad alimentaria en Guárico. Mientras, el Observatorio Venezolano de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Ovsan), calculó que solo un 9% de la población guariqueña tiene los recursos económicos para cubrir la canasta alimentaria, en gran parte gracias a las remesas que reciben de familiares en el extranjero.
Migración Forzada
En una calle enlodada se observa el correteo de una niña y un niño, ambos delgados y descalzos: “Sus padres salen a trabajar y ellos se quedan solos en la casa”, comentó uno de los vecinos.
En otros hogares de Vista Hermosa, la soledad es lo que reina: muchos de los que allí vivían, incluso en casas de cemento, emigraron para sobrevivir ante la Emergencia Humanitaria Compleja (EHC) en Venezuela.
Para Domínguez, la migración forzada como consecuencia de la EHC, también desencadena en una desestabilización de la familia. “Es así como observamos a niños sin supervisión atendiendo obligaciones del hogar, sin el control de los padres, que deben salir a buscar el sustento, o en otros casos, adultos mayores solos”, explicó.
La trabajadora social sugirió a las autoridades la aplicación de políticas públicas dirigidas a la atención de problemas específicos en las comunidades: “Programas con especial énfasis en la familia, que fortalezcan la capacidad productiva de los habitantes, ocupación del tiempo libre de niños y jóvenes, con instrumentos de cambio que pudieran ser la música o el deporte”.
Trabajo en conjunto
Al consultarle a la alcaldesa opositora del municipio Roscio, Sulme Ávila, sobre la problemática de Vista Hermosa, aseguró que durante la campaña electoral efectuaron trabajos de limpieza y rehabilitación de calles con maquinaria, jornadas médico asistencial y la donación de bombillos para los postes.
No obstante, Ávila subrayó que las necesidades del sector Vista Hermosa requiere un trabajo en conjunto de gobierno nacional, regional y municipal.
“Es una comunidad donde hay que hacer cloacas, aguas blancas, la electrificación, la vialidad y todo lo que corresponde al saneamiento”, aseveró.
Mientras tanto, los habitantes que aún permanecen en Vista Hermosa, continúan sorteando vicisitudes, aferrados a la misma esperanza de hace 14 años.