La “catedral” subterránea acechada por la dinamita

La “catedral” subterránea acechada por la dinamita

Dos expertos, en una de las visitas a la cueva de las Estegamitas en La Araña (Málaga).
FRANCISCO GUTIÉRREZ RUIZ

 

La barriada de La Araña, al este de la ciudad de Málaga, en España, se levanta sobre el mar junto a un enorme afloramiento de piedras calizas. Es una sólida colina utilizada como cantera para fabricar cemento, en cuyas entrañas se mezclan el agua dulce procedente de la lluvia y la salada del Mediterráneo. Esa lucha fronteriza disuelve con especial ahínco este tipo de roca y ha creado, con el paso de miles de años, excepcionales cuevas bajo tierra. En 2021, los trabajos de HeidelbergCement se toparon con la boca de una de ellas. Se cree que hasta entonces ningún ser humano la había pisado y un estudio científico reciente destaca su relevancia internacional por los elementos geológicos “tan inusuales” que contiene, sobre todo un conjunto de estegamitas, formaciones solo descritas anteriormente en otras tres cavidades en todo el mundo. El problema es que los intereses comerciales chocan con los de la ciencia y complican el papel de la Administración. Entre medias, la Asociación Española de Espeleología y Barrancos (Asedeb) ha denunciado ante la Fiscalía de Medio Ambiente una posible voladura que la haría desaparecer.

Por: El País

La paradoja de esta nueva cueva, que se extiende a lo largo de más de un kilómetro bajo tierra, es que la explotación de la cantera que permitió su descubrimiento puede también acabar con ella. No hay fecha, ni permisos, según la Junta de Andalucía, para instalar la dinamita, pero los espeleólogos creen que existe un acuerdo entre la Administración y la compañía para dar pronto ese paso, que acabaría en segundos con lo que la naturaleza ha esculpido durante millones de años. Es lo que han denunciado ante la Fiscalía en un escrito en el que apuntan la existencia de varios posibles delitos, entre ellos daños contra el patrimonio natural e histórico y prevaricación. La Administración autonómica señala que está estudiando la riqueza de la gruta y que “aún no hay conclusiones definitivas” sobre ella.

La empresa asegura que no tiene intención de hacer voladuras, de momento, y que colabora con la Junta de Andalucía “hasta que se adopte una decisión definitiva”. Es decir, conservarla o destruirla. “La cueva es como un libro abierto de geología. Málaga no puede pasar a la historia de la ciencia como la ciudad que ha acabado con algo único en el mundo”, subraya José Enrique Sánchez, presidente de Asedeb. Unas 4.000 personas han apoyado la conservación de la cavidad en Change.org.

La cueva no podría abrirse al turismo en el futuro debido a la complejidad de sus galerías y, sobre todo, porque la presencia humana traería consecuencias irreversibles a su interior. Solo podrá ser lugar de estudio para la ciencia, salvo si desaparece, como temen los espeleólogos. Los especialistas creen que, si la cavidad se hubiese encontrado en cualquier otro lugar, la Junta de Andalucía la habría conservado, algo que también ocurriría si hubiera restos humanos o arte prehistórico, algo ya casi descartado. El problema es que la cantera es una concesión administrativa a la cementera HeidelbergCement y, por ejemplo, si el Gobierno andaluz prohibiera el uso de ese terreno, debería compensar a la compañía económicamente. Sin cálculos oficiales, se estima que podrían ser varias decenas de millones de euros.

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