El socialismo el siglo XXI ha agigantado al Estado con el control subsiguiente de la economía privada. El comercio formal sufre las consecuencias de ese control. Y pocas son las veces que la dirigencia política hace referencia a un modelo alternativo.
Para el diputado Luis Barragán, miembro de la dirección nacional de Encuentro Ciudadano, “el fracaso del socialismo real en el mundo, demostró las bondades del modelo de libre mercado y, mejor aún, el de una economía social y ecológica de mercado, equiparables la libertad y la justicia en la tarea de generar prosperidad gracias a la libre iniciativa de las personas, con pleno respeto al derecho de propiedad privada y a la leal competencia, en la que el Estado adquiera las dimensiones más modestas que garanticen el cumplimiento de sus roles fundamentales, como el de la seguridad y defensa de la nación, ya que está harto demostrado que como empresario ha resultado un contundente fracaso que lo hemos pagado muy caro los venezolanos”.
Señaló el parlamentario que una economía social de mercado ha de garantizar el derecho de propiedad, y la libertad de toda persona al consumo y a la inversión, al ejercicio de su profesión, a elegir el mejor empleo de acuerdo a sus capacidades, como a la libertad contractual, de industria y de comercio: “Los venezolanos aspiramos a nuestra independencia económica personal y familiar en un país que lo engrandezca la libre iniciativa de los ciudadanos, sin esperar que el Estado nos provea de una bombona de gas, nos extorsione con una bolsa de comida de mala calidad y, como si faltara poco, las pocas viviendas que construye las adjudique a sus favoritos en calidad de préstamos, pudiendo sacarlos del apartamento cuando se le antoje”.
Refiere el parlamentario que el comercio formalmente establecido y de tradición, cumplidor de todas las exigencias del Estado, “tiene una carga fiscal y parafiscal que lo orienta a la quiebra, generando desempleo, porque, además de los impuestos directos e indirectos, no hay organismo público que no lo vacune, aún más en los meses finales del año; sin embargo, es deslealmente competido por quienes se apropian de los espacios públicos y montan sus tarantines con la absoluta anuencia de las autoridades, liberados de los más elementales impuestos y con un personal subpagado”.
Finalmente acotó: “Somos defensores y aspirantes a una economía de libre mercado y de competencia leal, y nuestros coterráneos en el exterior, integrantes de la gigantesca diáspora, han demostrado una excelente vocación por el trabajo y el emprendimiento que esperan las condiciones más propicias para volver: las que se darán, inmediatamentye superado el socialismo de las demoliciones”.
Nota de prensa