Más de dos décadas no son suficientes para comprender qué pasó aquel 11 de septiembre de 2001. Mucho menos para sacarse del alma el dolor por perder a un familiar en el atentado que marcó un antes y un después en la historia, pero sobre todo en la vida de miles de personas.
Por: Todo Noticias
En aquella fatídica mañana neoyorquina casi 3 mil personas perdieron la vida por el impacto de los dos Boeing 767 y el posterior derrumbe de las Torres Gemelas. Entre las víctimas hubo 5 argentinos que trabajaban en los edificios, uno de ellos era Pedro Grehan.
Pedro Grehan tenía 35 años, se había mudado a los Estados Unidos en 1998 para buscar un futuro mejor y trabajaba en la financiera Cantor Fitzgerald, que tenía sus oficinas en el piso 105 de la Torre Norte, pocos metros por encima de donde se incrustó el vuelo 11 de American Airlines a las 8:46 (hora local) a 686 kilómetros por hora.
El destino quiso que estuviese ahí, porque se había reincorporado a su trabajo el día anterior al atentado, el 10 de septiembre de 2001. “En agosto había viajado a la Argentina por una operación de nuestro padre y al volver hizo todo lo posible por llevarse a toda su familia”, relató en diálogo con TN.com.ar John Grehan, uno de los 8 hermanos de Pedro.
John es una de las miles de personas que no estuvieron en Nueva York pero que el ataque terrorista le cambió la vida para siempre. Tal vez por eso la emoción y el tono reflexivo en cada una de sus palabras. Agradece que su hermano se haya podido tomar unas vacaciones con su familia justo antes de que su vida llegara a un final precipitado.
Para leer más, pulse aquí.