Una chimenea grande y muy humeante se observa desde un sector de Puerto Ordaz. El suelo de las áreas circundantes está completamente blanco, y si estuviéramos en otra parte del mundo, cualquiera creería que es nieve, pero la realidad está muy lejos de eso.
Por Pableysa Ostos /Corresponsalía lapatilla.com
Ese polvo se ha colado no solo en el techo y las áreas de CVG Bauxilum, sino también en las avenidas de Ciudad Guayana, así como en las casas de más de 200 familias. Ese polvo blanco es alúmina calcinada, una sustancia que está afectando la salud de los vecinos y también de los trabajadores de esa empresa estatal. La emisión del macabro polvillo se agudizó desde el 4 de septiembre, y cuatro días después, el pasado 8 de septiembre, la empresa solo emitió un comunicado. Desde entonces, el silencio ha sido estruendoso.
Un trabajador de la empresa, quien labora desde hace tiempo en el área de los calcinadores, describió la situación que se vive actualmente en la empresa como “algo grave con el tema de los calcinadores”.
“Hace unas semanas que se arrancó un calcinador en condiciones no adecuadas para procesar la alúmina. A ese calcinador se le había hecho una serie de estudios y la forma de arranque no fue hecha realmente por el personal técnico que sabe de esas operaciones. Además de eso, el equipo no cuenta con las estructuras y los equipos adecuados para evitar que parte de la alúmina se emita al ambiente y así a la población”, detalló el hombre que prefirió mantener su nombre en anonimato.
Puntualizó que desde hace meses y para no detener las operaciones de la planta, se empezó a recircular el hidrato, que es una parte de la alúmina cuando no se culmina el proceso. “Lo llevan al proceso inicial como es los molinos de bola, y ahí ese proceso se inicia nuevamente, pero no con bauxita como debería ser. Lo que se ha creado al final del proceso es una especie de mezcla que al momento de calcinar es demasiado fina: la alúmina y parte de esa alúmina que se intenta trasladar o procesar hacia Venalum, está saliendo al ambiente”.
Calcinador con fallas
El trabajador sumó que el calcinador se activó hace un mes y estuvo tres días parado para intentar arrancar otro calcinador, pero los procedimientos de arranque para ese otro calcinador no fueron hechos con los pasos requeridos y parte del refractario interno explotó, porque no hubo un calentamiento ideal por el mal proceso de arranque.
“No se pudo arrancar ese, hubo una explosión, ellos-la empresa- dicen que no, que fue que se cayeron partes internas. Pero eso es una explosión, cuando no hay el calentamiento necesario. Arrancaron nuevamente el que está emitiendo partículas hacia el ambiente, pero en menos proporción porque bajaron el contenido de la carga, pero sigue expandiendo al ambiente la alúmina en poca proporción, porque no tenemos los elementos adecuados para controlar esa contaminación y eso va a durar hasta que dure el proceso de culminación del hidrato que se metió inicialmente al proceso. Hasta que no se procese por completo ese hidrato que tenemos en el sistema, seguiremos viendo esa emanación de alúmina al ambiente”, advierte el trabajador de CVG Bauxilum.
Añade que este tipo de contaminación está produciendo mucho daño a nivel respiratorio en los trabajadores. “Tenemos compañeros con gripe y afecciones en el aparato respiratorio. Esperemos que el Ejecutivo nacional actúe ante esto, porque ni la oficina de Control de Ambiente que tenemos en la empresa, ha querido actuar”.
Preocupación en la colectividad
Algunos de los sectores afectados por la fuga de alúmina calcinada son El Guamo, El Caimito, Paratepuy, Sierra Parima, Las Acacias, Villa Icabaru, Villa Betania, Las Casitas, Core 8, Unare. En resumen: todas las zonas aledañas a las empresas básicas.
José Chavero vive en el sector de Isla Dorada, cercano a la empresa contaminadora. “No he ido a neumólogo, porque también soy médico, pero he tenido que administrar broncodilatadores inhalados y tomados. Desde el día siguiente de la exposición al polvo blanco, empecé a sentir tos y dificultad respiratoria. He mejorado poco a poco, pero aún con tos. El polvo ha bajado en comparación a la otra semana”.
Otra persona afectada comentó que acudió a un médico internista tras presentar síntomas como náuseas y vómitos desde el pasado martes 6 de septiembre, luego de que tuvo contacto con el polvillo. “El doctor desestimó que esa sea la causa, pero yo creo que sí me afectó. Pero yo inicié con los síntomas el día martes 6 de septiembre, luego de haberme expuesto al polvo a partir del día lunes 5 de septiembre. En mi casa el polvillo llegó al porche y cubrió el carro. Esta semana no ha caído más polvillo en mi casa”, detalló la mujer.
Visión médica
La doctora Doris Odremán, quien es médica internista y neumóloga clínica, señaló que esta es una de las enfermedades ocupacionales más importantes. “Es frecuente que en consulta veamos a pacientes con neumoconiosis, que es lo que llamamos las enfermedades ocupacionales por la exposición a ciertos minerales. La aluminosis también forma parte de este grupo de patologías ocupacionales respiratorias”.
“No solo afecta al sistema respiratorio, pero es uno de los más frecuentes y que compromete la salud de la persona, y más cuando la exposición es prolongada. En este caso fue diferente por la exposición a las comunidades y se ‘supone’ que los trabajadores que están en las empresas básicas tienen sistemas de protección respiratorias, las máscaras con filtro específico para disminuir la absorción, pero siempre hay compromiso”, alerta Odremán.
Detalla que las comunidades se vieron afectadas, zonas en las cuales sus residentes no contaban con ningún tipo de protección. La aluminosis es una patología que afecta, sobre todo al sistema respiratorio, y de tanta exposición a la carbonización del aluminio como de la bauxita, cuando se produce la inhalación de estas partículas, se genera una reacción inflamatoria, lo que va comprometiendo todo el tracto respiratorio desde las mucosas nasales, entrando al pulmón produciendo una reacción inflamatoria muy severa, que afecta pulmones y bronquios.
“Al momento, el trabajador o paciente expuesto puede presentar neumonitis, pero eso evoluciona con el tiempo tras una exposición prolongada, hasta llegar a una fibrosis, es decir, el endurecimiento del pulmón. Estos cambios son irreversibles, es decir, que un paciente tras la exposición sostenida y prolongada de la alúmina a través de los años, puede conllevar a fibrosis pulmonar”, añadió.
En crisis
Otro trabajador de Bauxilum que laboró por mucho tiempo en el área de los calcinadores, explicó que el área 45 es el área de calcinación. Esa área está compuesta por cuatro calcinadores: calcinador 1, calcinador 2, calcinador 101 de la primera etapa cuando se construyó la planta y calcinador 102 que fue la ampliación.
Actualmente los calcinadores todos tienen una misma configuración de operación. Sin embargo, los insumos para mantener operativo estos equipos se han hecho cuesta arriba “por mala gerencia, mala política de Estado. En el caso de los calcinadores 1,2 y 101, esos equipos no están en condiciones para ser arrancado. En el caso del calcinador 102, que llaman Polia, tampoco está en las condiciones para ser arrancado”, sumó el empleado de la estatal.
“La planta tiene que de alguna manera mantenerse en servicio para sobrevivir en el futuro. Esa es una planta netamente química que no puede paralizar sus operaciones como tal, no las puede paralizar. Tenemos problemas con todas las áreas, en específico desde el área de molienda hasta calcinación. Problemas de repuestos, operatividad, mantenimiento y, sobre todo, falta de inversión”, detalló.
Proceso en crisis
Ambos trabajadores explican que el área 41 es la que tiene relación directa con lo que está sucediendo en el calcinador 102. “El área 41 se compone de puros tanques. Estos tanques son el área de precipitación del material liberado. Si nosotros en Bauxilum no tenemos las condiciones en el área 41 de precipitación para aglomeración de semilla gruesa, la cual se aglomera del hidrato de las áreas anteriores y al aglomerarse se hace una semilla más gruesa, es como compararlo con el azúcar: una es más finita que otra en cuanto a su contextura”.
La raíz de todo este problema viene porque Bauxilum se construyó para producir alúmina, no para procesar alúmina. Explica un trabajador que para mantener el proceso y no detener la planta, empezaron a usar hidrato directamente por molinos de bauxita, dando como resultado un afinamiento en la partícula final de la alúmina. “Cuando debería estar en 12 grados metalúrgico, está en 80 grados metalúrgico”. El resultado es el mal llamado ‘talco’, que es el polvo que se está esparciendo en las zonas cercanas a Bauxilum. “Por eso los filtros de las humas no lo retienen y se escapa al ambiente”.
En los calcinadores cuando el material está muy fino, va a ocurrir lo que está sucediendo actualmente, detallan los expertos. “Sobre todo por otras causas, si no están operativos los cuerpos de filtro en el calcinador, por supuesto la chimenea va a lanzar al ambiente todo ese material que se está escapando a los sectores aledaños de la ciudad. Ese material de alúmina es abrasivo: afecta los pulmones, el sistema respiratorio. Es un material tan fino que si cae en el piso de tu casa, y tú no te das cuenta, te puedes resbalar”.
Precisa un trabajador que esto viene pasando desde hace dos semanas y media. “El filtro siempre ha estado, la cuestión es que se habían dañados unas bombas en los calcinadores y empezaron a meter el hidrato por el lado rojo. Hay un solo calcinador funcionando y está a media máquina”.
¿Qué sucede en el calcinador?
El panorama parece empeorar con el pasar de los días. Los trabajadores relatan que no cuentan con las mangas que componen el cuerpo de filtro. Esas mangas son como unas bolsas largas. Dicen que es algo similar a un saco cilíndrico de unos 20 centímetros de diámetro, el cual lleva muchas mangas dentro del cuerpo de filtro para que cuando la alúmina se precipite por la deslizadora que viene del calcinador y se precipita al caer en la cinta transportadora, en ese momento el cuerpo del filtro con unos electro-ventiladores que tiene allí, succionan el polvo y ese polvo debería quedarse adherido a las mangas del filtro.
“Si yo no tengo las mangas del cuerpo del filtro en condiciones, por supuesto la chimenea lo lanza al ambiente. Y no es que antes eso no sucediera, eso ha ocurrido anteriormente, pero en otros tiempos cuando cualquier gerente de operaciones, administrativo o presidente veían una chimenea de esas botando polvo, inmediatamente mandaban a parar el calcinador para hacer las correcciones necesarias”, detallaron.
Advierten que la gerencia de ahora, sobre todo la operativa, está actuando de manera irresponsable con la ciudadanía y los trabajadores que están operativos en la planta. “Los trabajadores de toda la planta, están obligados a usar mascarillas de seguridad. Dependiendo del nivel de polvo y de la contaminación de cada área, deben usar un tipo de mascarilla específica. En el caso de calcinación, necesariamente debe emplearse KN95, y cuando los niveles de polvo están muy altos, se debe usar la otra que es una de mayor seguridad, la cual tiene unos filtros a los lados. Cuando hay mucho polvo, las mascarillas deben ser reemplazadas al menos dos veces al día”.
Lo peor es que la empresa no está cumpliendo con los protocolos de seguridad. “Nunca nos dotan de las mascarillas correspondientes. Nos dan solo la KN95, que utilizamos para el coronavirus”.
Omisión estatal
Los empleados de CVG Bauxilum explicaron que los compañeros que se desempeñan en esa área, deberían ser rotados, incluso, deben pasar por un proceso de revisión de salud ocupacional de la empresa, en el cual se analiza cómo está el sistema respiratorio de los trabajadores, pero son medidas que no se aplican actualmente.
“Antes del trabajador salir de vacaciones, se les hacía los exámenes pre-vacacionales y ahí se determinaba su nivel de respiración, audición, visión, además de la hematología completa, para ver así en qué condiciones estaban, pero nada de eso se está cumpliendo. No se cumple con la entrega de insumos e implementos de seguridad. Algunas veces los trabajadores están acudiendo a las áreas hasta sin botas, cosa que no debería ocurrir. Hay una total irresponsabilidad de la gerencia administrativa y operativa de la planta”, denunciaron.
Sobre las soluciones a la problemática, los trabajadores proponen poner la planta en barrido. Eso significa que se le va a meter vapor caliente a todo el sistema y que se van a mantener ciertos equipos operativos, manteniendo el flujo y “como quien dice, reciclándolo, hasta que se pongan los calcinadores para calcinar el hidrato de aluminio. Si hubiera una gerencia responsable, eso es lo que deberían hacer”.
La empresa no se ha pronunciado con los trabajadores y está haciendo lo imposible por hacer arreglos, pero siguen los afinamientos de alúmina.
Funcionar a pérdida
“Lo que han mantenido hasta el momento es una actitud irresponsable. Las personas que están actualmente en las gerencias de operaciones y procesos, ellos están claros de lo que eso significa y lo que deben hacer, pero si ellos no actúan por su convicción como técnicos e ingenieros, y actúan por un lineamiento institucional y no trabajan como deber ser, se va a mantener esa actitud irresponsable que han asumido. Eso no debería estar botando ese nivel de polvo, no debiera ser. Eso pudiera ser que en algún momento en la deslizadora ocurra alguna condición anormal, tira un poquito al ambiente, se controla inmediatamente, pero cuando han parado el calcinador, es por cuestiones operativas. Hace días ocurrió una explosión y el calcinador se paró solo. Lo tuvieron que volver arrancar y no han tomado ninguna actitud de corrección del problema”, manifestó el trabajador.
También añaden otro dato alarmante: para la empresa no es rentable mantener una producción de alúmina en esa forma, porque le sale mucho más costoso tener que recoger toda la alúmina desperdigada en el piso, por la misma condición de que es un material muy fino, reciclar y volverla a meter en el sistema. Es como gastar el doble para producir una cantidad específica.
“Cuando la alúmina no tiene el grosor que corresponde para el aprovechamiento del aluminio, Venalum o las empresas que importan alúmina al buscarla en el muelle de Bauxilum y se hacen las pruebas en el barco, se dan cuenta que la alúmina no tiene la granulometría adecuada, lo que trae como consecuencia que la van a pagar a un precio por debajo del costo internacional. Es decir, tampoco es rentable tener la planta operando en esas condiciones, porque te genera pérdidas”, alertaron.