El Gobierno colombiano recibió de Estados Unidos tres helicópteros “Black Hawk” (Halcón Negro) que serán destinados a la protección del medioambiente y a combatir delitos como la deforestación y la minería ilegal.
“Este Gobierno tiene el compromiso de la protección de la selva amazónica. Hemos recibido tres helicópteros Black Hawk de Estados Unidos y serán utilizados por un cuerpo élite que cuidará del medioambiente y combatirá delitos como la deforestación”, escribió el presidente colombiano, Gustavo Petro, en Twitter.
Las tres primeras aeronaves de una flotilla de 12 ya están en Bogotá, dijo la Policía hoy en un comunicado en el que además aseguró que es “una muestra del respaldo de la Casa Blanca a Colombia”, a través de la Sección de Asuntos Antinarcóticos y Aplicación de la Ley (INL, sigla en inglés).
Dicha Sección trabaja por la seguridad local de los estadounidenses combatiendo el crimen internacional y las drogas ilícitas, en alianza con los gobiernos locales.
La información policial añadió que la Embajada de Estados Unidos en Colombia “ratificó el respaldo” de la administración del presidente Joe Biden “a los esfuerzos del presidente Petro para combatir la deforestación, que amenaza la biodiversidad, especialmente en las regiones más apartadas”.
Según los compromisos adquiridos por Colombia, estas aeronaves tendrán un nuevo diseño en su presentación para distinguirlas como “guardianes del ambiente”.
“Se trata de un apoyo muy significativo de Estados Unidos al país, en sintonía con la agenda común contra los efectos del cambio climático”, puntualizó la información.
Entre las misiones en las que se utilizarán estas aeronaves están las de combatir los incendios forestales, la evacuación de comunidades en riesgo y perseguir a delincuentes que talan bosques.
Colombia tiene una extensión terrestre del 0,7 % de la superficie del planeta y alberga alrededor del 10 % de la fauna y flora del mundo.
El país ocupa el segundo lugar en biodiversidad, está entre las 12 naciones más megadiversas y es el tercero con más agua en el mundo, pero sus bosques y selvas se reducen año tras año por la tala indiscriminada de árboles para expandir la frontera agropecuaria y principalmente para la siembra de coca y la minería ilegal.
EFE