La llegada del féretro de la reina Isabel a la abadía de Westminter para el funeral de Estado fue uno de los momentos más emotivos en la majestuosa ceremonia de despedida. El lugar recibió unas 2.000 personas, entre ellas a unos 500 jefes de Estado. En un gesto con consideraciones políticas, un puñado de países como Rusia, Afganistán o Venezuela no recibieron invitación para el primer funeral de Estado británico desde 1965. Sí estarán presentes parientes más o menos lejanos de la difunta monarca, como el rey emérito de España Juan Carlos, políticos británicos y otras personalidades públicas.
Por semana.com
Numerosos monarcas de Europa y otras partes del mundo confirmaron su presencia para despedir a la reina, fallecida con 96 años, el 8 de septiembre, tras más de siete décadas en el trono. El rey Felipe VI y la reina Letizia de España asistirán a la ceremonia, así como Juan Carlos I, que abdicó en 2014 y vive actualmente exiliado en Emiratos Árabes Unidos, y su esposa Sofía.
El emperador Naruhito y la emperatriz Masako de Japón realizarán su primer viaje al extranjero desde su ascensión al trono en 2019, rompiendo con la tradición nipona por la que raramente el monarca asiste a funerales. El rey Guillermo Alejandro, de Países Bajos, la reina Máxima y la princesa Beatriz, el rey Felipe de los belgas, el rey Harald V de Noruega y el príncipe Alberto II de Mónaco también estarán presentes. Tampoco faltará Margarita de Dinamarca, prima lejana de Isabel II y actualmente la única reina en un trono europeo.
El presidente estadounidense Joe Biden y su esposa Jill encabezan la lista de invitados diplomáticos. A diferencia de otros dirigentes a quienes se ha solicitado llegar a la abadía en autobús, Biden recibió autorización para usar su limusina presidencial blindada. El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, cuya asistencia se daba por hecho días atrás, finalmente no asistió y ha enviado al canciller.
Su par brasileño, Jair Bolsonaro, llegó el domingo por la mañana e improvisó un polémico mitin electoral desde el balcón de la residencia del embajador de Brasil. El presidente francés Emmanuel Macron acudirá para mostrar el vínculo “inquebrantable” con Reino Unido y rendir homenaje a una “reina eterna”.
China anunció que enviará a su vicepresidente, Wang Qishan, por invitación del Gobierno británico. Pese a las tensiones posteriores al Brexit, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, estarán en Londres.
Entre los otros dirigentes esperados el lunes están los presidentes Sergio Mattarella (Italia), Frank-Walter Steinmeier (Alemania), Isaac Herzog (Israel) o Yoon Suk-yeol (Corea del Sur).
También estará presente el primer ministro irlandés Micheal Martin, en un gesto simbólico para rendir homenaje a la reina después de su visita de Estado en 2011, que apaciguó décadas de tensión.
Numerosos invitados proceden de países en los que Isabel II reinaba, a pesar de las ambiciones republicanas de algunos de ellos. En total, 56 representantes de países de la Commonwealth estarán en la abadía.
El primer ministro canadiense Justin Trudeau, así como el australiano Anthony Albanese y la neozelandesa Jacinda Ardern, deben asistir. Entre el resto de naciones de la Commonwealth, que agrupa especialmente antiguas colonias británicas, destacan el presidente sudafricano Cyril Ramaphosa, la primera ministra de Bangladés, Sheikh Hasina, el presidente de Sri Lanka, Ranil Wickremesinghe y el primer ministro de Fiyi, Frank Bainimarama.
Los que no invitaron
Rusia y Bielorrusia forman parte del pequeño grupo de países excluidos del funeral tras la invasión de Ucrania, algo que el presidente ruso Vladimir Putin consideró “blasfemo” e “inmoral”. También figura en esa lista Birmania, antigua colonia británica dirigida por militares tras un golpe de Estado en 2021.
Otros países descartados son Afganistán, Siria y Venezuela: Londres no reconoce a Nicolás Maduro como presidente, sino al opositor Juan Guaidó. El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, también fue excluido. El país centroamericano solo recibió invitación a nivel de embajadores, al igual que Corea del Norte e Irán. En los otros países latinoamericanos, México optó por enviar a su canciller, Marcelo Ebrard, y Cuba a su vicepresidente, Salvador Valdés Mesa.
Cinco cosas que pasarán en el entierro de la reina Isabel
La procesión que llevará el féretro de la reina Isabel II a la abadía de Westminster para su funeral de Estado y luego a Windsor para su entierro es reflejo de las tradiciones de la monarquía británica.
Carro tirado por la Marina Real
Un nutrido grupo de marineros de la Royal Navy tirará con cuerdas del fuste de cañón que llevará el féretro, mientras que otros, 142 en total, les seguirán para hacer de freno. Esta tradición se remonta a los funerales de la reina Victoria, en febrero de 1901. Los caballos destinados a tirar del afuste, que pesaba más de dos toneladas, se asustaron y salieron desbocados, amenazando con hacer caer el ataúd.
El príncipe Luis de Battenberg, capitán de la Marina Real, sugirió al nuevo rey Eduardo VII que fueran sustituidos por soldados. Nueve años más tarde, a la muerte de Eduardo VII, se puso en práctica la misma disposición, que desde entonces se ha convertido en un nuevo ritual.
Los portadores del féretro
Ocho soldados del primer batallón de la Compañía de Granaderos de la reina tendrán la tarea de llevar el féretro desde Westminster Hall hasta el fuste y luego hasta el interior de la abadía de Westminster, una vez finalizada la procesión. Este es uno de los cinco regimientos de infantería de la Guardia Nacional de la casa real y uno de los más antiguos del ejército británico.
El uniforme de sus miembros, reconocible por su alto casco de pelo de oso negro, se inspiró en los granaderos de la guardia imperial de Napoleón, derrotada en Waterloo. Estos soldados estarán acompañados por oficiales del servicio de escuderos de la reina.
Honor a tres regimientos
Tres regimientos serán especialmente honrados durante la procesión, permitiéndoles marchar muy cerca del féretro de Isabel II.
Los Alabarderos (Yeomen of the Guard), el cuerpo militar más antiguo del ejército británico creado en 1485 y el Honorable Cuerpo de los Caballeros de Armas son dos antiguas unidades de guardaespaldas del monarca, ahora limitadas a un papel ceremonial.
Los primeros todavía llevan el uniforme rojo y dorado de la época de los Tudor (siglo XVI), con una banda cruzada que los diferencia de los famosos Beefeaters de la Torre de Londres, cuyo uniforme es muy similar.
Entre sus tareas todavía emblemáticas se encuentra la ceremonia de registro de los sótanos del Parlamento antes del discurso de apertura que pronuncia cada año el monarca. Este ritual conmemora la “conspiración de la pólvora”, un atentado fallido contra la vida del rey Jaime I y el Parlamento en 1605.
Les seguirán los miembros de la Real Compañía de Arqueros, que eran los guardaespaldas de Isabel II cuando estaba en Escocia. Destacamentos de otros regimientos británicos y de la Commonwealth, de los que la reina fue comandante en jefe, se unirán a la procesión que acompañará a Isabel II desde la abadía de Westminster hasta el Arco de Wellington.
La Casa Real de Isabel II
Si los miembros de la familia real, encabezados por el nuevo rey Carlos III, seguirán el féretro, el carro será precedido por responsables de la Casa Real de Isabel II, como el director de la Colección Real o el secretario privado de la difunta monarca.
Frente a ellos, avanzarán bandas de gaitas y tambores de regimientos escoceses e irlandeses, una brigada de Gurkhas, soldados de origen nepalí pero miembros del ejército británico, y 200 músicos de la Royal Air Force.
6.000 soldados
Las fuerzas armadas contarán con 6.000 soldados, marineros y pilotos en la procesión o desplegados a lo largo del recorrido, declaró el domingo a la BBC el almirante Tony Radakin, jefe del Estado Mayor.
Realizarán un saludo real en varios puntos del recorrido del féretro, por ejemplo, al pasar por el memorial a la reina Victoria. “Para todos nosotros, este es nuestro último deber con su majestad la reina y nuestro primer gran deber con su majestad el rey Carlos”, subrayó Radakin.