La historia oficial dice que la “empresa mixta” Maderas de Venezuela y Turquía (Mavetur) nació el 18 de febrero de 2019. También sostiene que es una empresa binacional: ese día, al menos, apareció en Gaceta Oficial el decreto de Nicolás Maduro en el que autorizaba la unión entre la estatal venezolana Maderas del Orinoco y la turca Glenmore Proje Insaat. Tres meses después, el 29 de mayo de 2019, se publicó el acta constitutiva de la naciente sociedad.
Por Roberto Deniz / ArmandoInfo
Pero se trata de una versión fabricada que solo vino a formalizar un hecho consumado.
En realidad, las actividades de Maderas del Orinoco estaban controladas desde casi un año antes por operadores de Alex Nain Saab Morán y de su socio, Álvaro Pulido Vargas, gracias a un contrato desconocido hasta ahora. Y la propia Glenmore Proje Insaat, constituida en efecto en Turquía, no es más que una tapadera de los mismos socios colombianos, incluyendo a Saab, a quien el régimen de Caracas ha querido hacer pasar como un “diplomático venezolano” desde su arresto en Cabo Verde en junio de 2020 y posterior extradición a Estados Unidos en octubre de 2021.
Ese contrato permite comprobar una vez más el secretismo que desde Miraflores se cultivaba para favorecer a los contratistas predilectos de Maduro y quienes, como Saab y Pulido, durante su mandato sacaron provecho del reparto de divisas preferenciales, contratos para la construcción de viviendas aún hoy inconclusas y los llamados gimnasios verticales, así como para el suministro de alimentos, a la postre de comprobada baja calidad, para los Comité Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP) y hasta heredaron activos estatales como la extinta red de supermercados Abastos Bicentenario, entre otros suculentos negocios.
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