Ver como Javier Milei –en la Argentina– encabeza una enorme reacción ciudadana por la libertad, es otra evidencia que sí hay esperanzas para América Latina y para el mundo entero.
Comprobar la formidable votación de Jair Bolsonaro en la polarizada Brasil que se resiste a caer en manos del llamado Foro de Sao Pablo, fuente de financiamiento ilegítimo y de manipulación social, de la izquierda en todo el continente y más allá, permite prever el fin del socialismo.
Día a día observamos como en todos los rincones del planeta, la ciudadanía se levanta para decirle “No” al autoritarismo; para repudiar a los regímenes despóticos y batallar por su liberación.
Ver a las mujeres luchando en la República de Irán contra el extremismos islámico y ver a los cubanos repudiando al régimen de los Castro; da un fresquito en el alma y una sensación de regocijo que es indescriptible. Pues, todo esto evidencia de que sí tenemos futuro.
La izquierda quedó al desnudo como el status quo; la izquierda se quitó el disfraz de avivadora de esperanzas para mostrar su verdadero rostro el de sepultureros de naciones; es por ello que hoy más que nunca ser socialista significa ser antisocial.
La verdadera revolución es liberal; sí, el liberalismo que le da igualdad de oportunidades a todos, que privilegia la libertad y el bienestar de todos por encima de los torniquetes castrantes de los proteccionistas arcaicos y de los supremacistas del Estado obsoleto.
Los liberales estan llamados a salvar a nuestras naciones, a ser liberadores de las ataduras de la vieja izquierda que se nos presenta disfrazada de abuelita; aunque todos ya sabemos el terrible lobo que hay detrás de toda esa rudimentaria de ovejita.
Diera la impresión que estamos en los últimos días de la izquierda tal y como la conocemos; estamos frente a la etapa concluyente de la izquierda hambreadora.
Seguramente vendrá para la humanidad una nueva era de prosperidad con gobiernos conservadores en lo moral, liberales en lo económico, nacionalistas y realmente eficientes.
Es muy probable que pronto veamos a Donald Trump de nuevo en la Casa Blanca, a José Antonio Kast como presidente de Chile, a Javier Milei como primer mandatario de Argentina y a nuestra María Corina Machado en el Palacio de Miraflores.
María Corina es la esperanza de Venezuela, ella es capaz de enrumbar la lucha venezolana hacia una meta de éxito; ella puede construir el camino hacia la liberación de Venezuela y la concreción de una revolución ciudadana real, efectiva y definitoria.
¡Ya basta de socialismos! Ya basta de una política que hundió a Venezuela durante 20 años y que la sigue hundiendo aún más.
Hoy, el mundo se debate entre dos modelos, entre el autoritarismo socialista y la libertad democrática de los liberales. Y esta decisión la vamos a tener cerca.
¿Qué haremos como ciudadanos y como electores? ¿Seguiremos la senda del totalitarismo rojo o daremos el paso hacia la libertad? En pocas palabras, escogeremos entre ¿Maduro o María Corina Machado?
Así de simple.