Así es el fármaco experimental que promete frenar el alzhéimer

Así es el fármaco experimental que promete frenar el alzhéimer

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Desde hace unos días, el neurólogo Juan Fortea tiene cada vez más pacientes que le piden “ese nuevo fármaco contra el alzhéimer”. El médico trabaja en el hospital Sant Pau de Barcelona, uno de los 12 centros españoles que han participado en un gran ensayo clínico internacional con el medicamento experimental lecanemab. Los resultados, aún preliminares, apuntan a que reduce un 27% el deterioro cognitivo de personas con alzhéimer temprano, según Eisai y Biogen, las dos compañías que lo han desarrollado. Este anuncio se ha hecho por nota de prensa y sin ningún tipo de revisión de expertos independientes. Las dos empresas se han disparado en Bolsa, pero por ahora no se sabe si lecanemab realmente tiene algún beneficio para los enfermos.

Por: El País





Fortea no esconde su impotencia. Esta es la primera molécula en 20 años que parece tener algún efecto —aunque leve— contra el avance de la enfermedad. Pero la falta de datos y el proceso de aprobación del medicamento, que en el mejor de los casos llevará unos dos años si finalmente resulta eficaz, significan que hay que esperar. “No puedo estar más ilusionado, pero solo puedo pedir cautela”, resalta el médico, que colabora con las dos farmacéuticas y es portavoz de la Sociedad Española de Neurología (SEN).

A menudo se habla del alzhéimer como una enfermedad familiar, porque no solo afecta a los pacientes —1,2 millones en España— sino también a sus seres queridos y cuidadores de los que dependen totalmente —juntos suman más de cinco millones—.

Hasta ahora, la búsqueda de una cura ha sido infructuosa. Los únicos fármacos aprobados atenúan algunos síntomas, pero no detienen el progreso de este mal que afecta a 50 millones de personas en todo el mundo y que aumentará su incidencia en las próximas décadas.

En el ensayo clínico de lecanemab han participado 1.795 pacientes de 14 países. Todos tenían síntomas de alzhéimer leve y en sus cerebros había acumulación de proteínas beta amiloides, una marca de la enfermedad. En este estadio los pacientes empiezan a tener fallos de memoria reciente, pero siguen siendo independientes para salir a la calle, cocinar y hacer una vida normal. Tras 18 meses de ensayo, el deterioro cognitivo de los que tomaron el fármaco fue 0,45 puntos menor en una escala de cero a 18 puntos que el de los que tomaron placebo, según las dos empresas.

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