La Reina Isabel, que murió el pasado mes de septiembre a los 96 años, fue siempre un ejemplo por su comportamiento, respeto y liderazgo para sacar adelante un país como Reino Unido, golpeado por numerosas crisis diplomáticas, económicas e institucionales. Por ello, siempre quiso anticiparse a las situaciones para poder tomar la mejor decisión en cada momento.
Por La Razon
Pero antes de su coronación, también fue una niña que sufrió los horrores de la II Guerra Mundial. Consciente de lo que supone un conflicto de esas características e inspirada por lo que ya hizo su padre en 1939, cuando dirigió un inspirador discurso a la nación, decidió escribir un discurso por si llegaba la III Guerra Mundial.
En esta situación, Isabel II decidió elaborar un discurso para el pueblo británico en el caso de que se desatara una nueva guerra mundial y afectara a su país. Así, en el caso de que las bombas llegaran a las islas, la Reina tenía previsto alentar a sus súbditos con palabras de ánimo y apelando a la fuerza demostrada por la nación a lo largo de su historia para lograr salir adelante a un golpe tan duro como sería volver a ser bombardeados.
Así, Isabel II instó a su “valiente país” a mantenerse firme en un momento en el que les acechan peligros “mucho mayores que en cualquier otro momento de nuestra larga historia”, que precisaban que el pueblo mantuviera la cabeza bien alta para superarlo.
El discurso, la Reina incluyó experiencias de su infancia, durante la II Guerra Mundial: “Ahora que esta locura de guerra se está extendiendo una vez más por el mundo, nuestro valiente país debe prepararse nuevamente para sobrevivir contra grandes obstáculos. Nunca he olvidado el dolor y el orgullo que sentí cuando mi hermana y yo nos acurrucamos alrededor del aparato inalámbrico de la guardería escuchando las palabras inspiradoras de mi padre en ese fatídico día de 1939?.
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