La mayoría de los docentes de Falcón dedican parte de su tiempo a algún emprendimiento para subsistir, porque el mísero salario que perciben por impartir clases se diluye con tan solo pagar los pasajes para trasladarse a las escuelas.
Corresponsalía lapatilla.com
En las filas de educadores se consigue iniciativas con la repostería, ventas de diferentes mercancías y asesorías académicas, entre otras actividades económicas. Tal es el caso de Marisela Medina, una docente de la Unidad Educativa Fe y Alegría, que con ayuda de su hija, estudiante de 5to año de bachillerato, aprovechan las tardes para atender en su casa a los niños de los diferentes grados y proporcionarles orientación académica con las llamadas “tareas dirigidas”.
Medina trabaja en las mañanas en la escuela y en las tardes dedica sus horas para atender a los niños de la misma comunidad. Las ganancias de este trabajo no son muchas, pero le permite tener otro ingreso para ayudar en los gastos de la casa.
Asegura que nació para ser maestra, una profesión que disfruta y de la que aprende todos los días, pero que debería ser mejor pagada y con mejores beneficios laborales para que los docentes puedan disfrutar de merecidas vacaciones y satisfaga las necesidades básicas, que con su salario actual no puede cubrir.