El papa Francisco proclamó hoy santo al italo-argentino Artémides Zatti en una ceremonia en la plaza de San Pedro en la que destacó que este enfermero, laico salesiano, nacido en Italia y emigrante a Argentina “dedicó toda su vida a saciar las necesidades de los demás”.
“Artémides Zatti fue un ejemplo vivo de gratitud. Curado de la tuberculosis, dedicó toda su vida a saciar las necesidades de los demás, a cuidar a los enfermos con amor y ternura. Se dice que lo vieron cargarse sobre la espalda el cadáver de uno de sus pacientes. Lleno de gratitud por lo que había recibido, quiso manifestar su acción de gracias asumiendo las heridas de los demás”, elogió Francisco durante su homilía.
Zatti, que nació el 12 de octubre de 1880 en Boretto (Italia) y murió el 15 de marzo de 1951 en Viedma (Argentina), donde emigró cuando tenía 17 años con sus padres y sus 7 hermanos, es el tercer santo argentino y el primero laico, ya que fue coadyutor de los salesianos.
Fue canonizado hoy junto con Giovanni Battista Scalabrini (1939-1905), obispo de Piacenza y fundador de la Congregación de los Misioneros de San Carlo, que se convertirá en el patrón de los migrantes.
El papa pidió rezar para que estos dos santos “nos ayuden a caminar juntos, sin muros de división; y a cultivar esa nobleza de espíritu tan agradable a Dios que es la gratitud”.
En su homilía, el pontífice también llamó a “incluir siempre”, “tanto en la Iglesia como en la sociedad, todavía marcada por tantas desigualdades y marginaciones”.
La ceremonia comenzó con el prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, Marcello Semeraro, que acompañado de los postuladores de las causas, presentó a Francisco la petición de canonización y leyó una pequeña biografía de cada uno.
Después el papa pronunció la fórmula en latín para la canonización: “Les inscribimos en el Catálogo de los Santos, y establecemos que en toda la Iglesia sean devotamente honrados entre los santos” y se llevaron al altar las reliquias de los nuevos santos.
Durante la lectura de la biografía, se recordó que Zatti “para atender a los enfermos en su domicilio recorría la ciudad en bicicleta e, incluso, cruzaba Río Negro para llegar a Patagones. Vestido con la bata y llevando el maletín con medicinas e instrumentos, sostenía el manillar con una mano y con la otra desgranaba las cuentas del rosario”.
Para esta ceremonia ha llegado varios centenares de salesianos de todo el mundo, que este sábado se reunieron con el papa en una audiencia especial como motivo de la canonización.
EFE