En la conmemoración de los 464 años de la fundación de Mérida, hoy la ciudad amaneció engalanada con sus picos vestidos de blanco.
Jesús Quintero // Corresponsalía lapatilla.com
Sus calles tapadas con la neblina particular que le caracteriza, el calor de su gente orgullosa de la tierra donde nacieron, crecieron, estudiaron y trabajaron.
La ciudad universitaria, la urbe de las nieves eternas, la de sus calles empedradas, el Teleférico más largo, alto y moderno del mundo, hoy está de cumpleaños.
Con la transformación de la Mérida colonial a la ciudad de la era moderna, con sus atractivos que la hacen única.
A pesar de la crisis económica y social, Mérida no pierde su encanto, su gente sigue siendo amable y bondadosa.
La crisis de los servicios públicos también la golpea a diario, continuos apagones, sin agua potable, colapso de los servicios telefónicos y de internet, pero aún así ofrece un abanico de posibilidades para disfrutar de parques naturales y temáticos que te trasladan en el tiempo para conocer la ciudad de antaño.
Rica en gastronomía, el mercado principal ofrece a propios y visitantes una amplia carta para degustar entre la pizca andina, los pastelitos andinos, la taza de chocolate y el tradicional calentao.
Que sean muchos años más y de evolución en positivo para Mérida, la ciudad turística por excelencia donde los visitantes se siente como en casa.
Siempre habrá un motivo para volver a la ciudad de Mérida.