Son ya más de tres meses que la familia de Óscar López no sabe su paradero, desaparecido de manera abrupta como otros jóvenes de Ecuador cerca de la frontera con Colombia, aparentemente secuestrados y reclutados forzosamente por las disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en incursiones a territorio ecuatoriano.
“Estamos con miedo porque también hemos recibido amenazas, pero parece que eran extorsionadores, porque hay mucha gente que se aprovecha de la situación”, cuenta a EFE un familiar de López, que prefiere no revelar su identidad por seguridad.
López, un joven de 23 años que trabajaba de taxista en el cantón (municipio) de San Lorenzo, una población de la norteña provincia de Esmeraldas a pocos kilómetros de la frontera con Colombia, desapareció repentinamente el 29 de junio. Salió a trabajar con su automóvil y jamás regresó a su domicilio.
Días después, el vehículo fue encontrado abandonado y con signos de forcejeo en la vía que va desde San Lorenzo a Colombia, concretamente hacia el sector de Mataje. Allí se le perdió el rastro a este chico de pelo corto y negro, de 1,76 metros de estatura y 76,2 kilos de peso.
ESTÁ VIVO, SEGÚN INDICIOS
Los únicos indicios que tiene la familia es que Óscar sigue vivo y está con uno de estos grupos armados en territorio colombiano, gracias a la información conseguida por una exautoridad local que tiene contactos con estos colectivos y que le dijeron que la familia no lo volvería a ver más, según el relato de parientes del desaparecido.
“(Le explicaron que) él reúne características de las personas que ellos quieren, y esto va a seguir, se van a seguir llevando a los chicos, porque necesitan llegar a un número, entre colombianos y entre ecuatorianos, los que encuentren”, relata la fuente de la familia de López.
Con un perfil similar al de López también está desaparecido otro joven que igualmente ejercía de taxista y cuya familia declinó hablar con EFE por temor a posibles represalias. Los parientes de otro chico que lleva en la misma situación varios años también prefirieron no hablar.
El número de denuncias por desaparición no ha hecho más que crecer en los últimos años en la provincia de Esmeraldas, de acuerdo con los registros de la Fiscalía General del Estado que contemplan todos los motivos de desaparición. De 24 en 2019 se pasó a 37 en 2020 y en entre enero y octubre de 2021 eran 85.
En San Lorenzo, son varios los casos conocidos de personas que cruzaron al lado colombiano y no volvieron. EFE trató de contactarse con el alcalde del cantón, pero no tuvo respuesta.
DECEPCIONADOS CON LA POLICÍA
La familia de López también denuncia poca voluntad por parte de la Policía para hallar su paradero, e incluso indica que les han pedido que sean ellos quienes vayan a revisar las grabaciones de las cámaras de seguridad y que les avisen si encuentran algo.
“El único fin de ellos es que uno no sea intenso en el cuestionamiento y en la búsqueda de respuestas”, afirma la persona allegada al desaparecido, que achaca esa actitud al temor que también generan las disidencias de las FARC en los policías, quienes se ven sin suficientes agentes para tomar la iniciativa.
Consultado por EFE, el jefe de la Policía en San Lorenzo en el momento de la desaparición de López se refirió a un caso de secuestro con vínculos personales con uno de estos grupos armados, pero la familia de López niega que el joven haya tenido relación previa con estas agrupaciones al margen de la ley.
El oficial de la Policía incluso aseguró que la actividad de las disidencias de las FARC se limita al territorio colombiano, donde hay ingentes plantaciones ilegales de hoja de coca, y que no realizan acciones en Ecuador.
ENCUENTROS CON FUEGO CRUZADO
Sin embargo, las evidencias de la presencia de grupos armados colombianos en territorio ecuatoriano se han incrementado en los últimos meses, impulsados por el narcotráfico que hace de esta zona una de las grandes rutas de la cocaína en Suramérica, desde los cultivos en el lado colombiano hasta los puertos ecuatorianos.
A mediados de agosto hubo un enfrentamiento con fuego cruzado entre militares de Ecuador y miembros de uno de esos grupos, sucedido cuando una patrulla que supervisaba la línea de frontera se topó con siete personas armadas, de las que logró detener a dos.
Más frecuentes son todavía los hallazgos en la zona de San Lorenzo y Mataje de caletas (zulos) con armamento o explosivos enterrados en la selvática vegetación de la zona, e incluso en julio fue hallado un campamento abandonado de uno de estos grupos. Todo en terreno ecuatoriano.
EFE