Spiridón Putin, abuelo del mandatario ruso, fue cocinero y, supuestamente, cocinó para Lenin y Stalin. Según desveló el propio Putin en un documental de televisión en 2018, su abuelo trabajó en importantes establecimientos en San Petersburgo, el restaurante del famoso Hotel Astoria entre ellos. Allí, supuestamente, sirvió incluso a Rasputin.
Por 20minutos
Lo cierto es que no hay pruebas que demuestren que el antepasado del presidente cocinara para estos dirigentes. Spriridón había cocinado toda su vida en sanatorios, entre ellos el sanatorio para los miembros del partido, pero no hay datos más allá. Aún así, Vladimir Putin utilizó la historia de su abuelo como reclamo antes de las elecciones.
En Rusia desde la cocina, un libro de Witold Szablowski sobre la historia gastronómica del país, el autor menciona la oferta gastronómica que, en diciembre de 2019, Putin sirvió a Aleksandr Lukashenko, presidente de Bielorrusia. Ese día se cocinaron entrantes como ensalada de calabaza con tomate y queso, filete de calamar con puré de zanahoria, sopa de guisantes y salmonete con alcachofas y quinoa. Como plato principal, Putin eligió un filete de ternera blanca con puerro asado y, de postre, sorbete de mandarina y tarta de fresas.
La única obsesión del presidente ruso
¿Qué come Putin cuando nadie lo ve? El autor del libro ha conseguido encontrar información sobre el alimento del que el jefe de Estado ruso disfruta en su privacidad. El autor habló con Viktor Belyaev, el presidente de la Asociación Culinaria Nacional de Rusia, el cual le desveló el secreto. Su única obsesión son los helados, de cualquier sabor. Este dulce está siempre presente. “En todos los postres que llegan a su mesa hay al menos una bola de helado”, comenta Belyaev.