En la cultura popular Halloween se asocia con disfraces espeluznantes, golosinas y una “conexión” con el inframundo. Pero, más allá de las convenciones comerciales, este 31 de octubre marca una oportunidad para reinterpretar la riqueza de su legado.
Por Clarín
La astrología, como uno de los lenguajes esotéricos que acomete esta empresa, propone una mirada amplia a la denominada “Noche de Brujas”.
Según la astróloga Beatriz Leveratto, Halloween es una oportunidad para “reivindicar el poder sagrado que habita en todos nosotros más allá de los dogmas, más allá de las estructuras eclesiásticas o religiosas tradicionales”.
El nombre de la festividad pagana —”Allhallowe’en” en escocés— pasó a ser “All Hallow Eve”, que quiere decir “la noche de todos los santos”.
Clara Gualano, astróloga e investigadora en esoterismo y chamanismo, afirma que el origen de Halloween es el Shamhain, una festividad celta del hemisferio norte. “Allí comienzan los primeros fríos, es más fuerte la presencia de la noche, y eso despierta todo un imaginario asociado a fantasmas, muertos, ancestros, brujas y todo tipo de criaturas vinculadas a esto”, añade.
Aunque hay quienes lo catalogan como un fenómeno “importado”, Gualano aclara que el simbolismo que despierta Halloween no es solo “fuerte y encantador”, sino “necesario para culturas tan faltas de rituales en derredor a la muerte y conjuros para los miedos”.
Ese mismo influjo se replica en las conmemoraciones latinoamericanas: el 1 de noviembre con el Día de Todos los Santos y, al día siguiente, con la celebración del Día de Muertos en México.
La energía escorpiana en Halloween: una oportunidad para la introspección
Al celebrarse cada 31 de octubre, la fecha se corresponde con el paso de Escorpio en la rueda zodiacal, acentuando las cualidades y fortalezas de este signo de Agua.
“Halloween está asociado al signo de Escorpio, el signo que se asocia a la capacidad de captar lo negado, de captar el dolor, está asociado originalmente a las brujas, que es todo ese lado femenino intuitivo, espiritual, que no tiene espacio de poder en las religiones patriarcales tradicionales”, explica Leveratto.
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