Desde afuera pareciera que nada ha cambiado. El edificio sigue como siempre. La pintura está un poco desgastada, porque la lluvia y el sol han sido inclementes. Adentro la realidad es distinta: las luces apagadas y el letrero de “al aire” no se enciende desde hace tiempo.
Pableysa Ostos // Corresponsalía lapatilla.com
La cabina vacía y la señal de Pentagrama 107.3 FM sin escucharse. Esa es la realidad de tan solo una de las más de 225 emisoras que han cerrado en Venezuela entre 2003 y 2022. La emisora radial que funcionaba en Ciudad Guayana, al sur del país, es la única que no silenció la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel), sino que lo hizo el otro azote de Venezuela: la delincuencia.
Aunque ha pasado un tiempo desde el cese de operaciones, para Cristal Martínez lo sucedido sigue estando muy presente. Con tristeza admite que Pentagrama fue su escuela y un hogar por más de 8 años. “Inicié en 2014 como operadora tipo 2, que es una especie operador de avance y en 2017 como operadora tipo 1, que es operador al aire”.
“Pero también aprendí a producir, realizar montajes, musicalización, y todo eso se lo debo a Pentagrama. Con el pasar del tiempo, he desarrollado un gran sentido de pertenencia hacia la emisora”, destacó la joven.
Por la delincuencia
“En estos 8 años uno se identifica y comprende que Pentagrama es diferente a otras emisoras, porque no se trata de ser comercial. Se trata de elevar la radio, fomentar valores, transmitir contenido cultural y muy buena música. Además, en estos tiempos es referencia informativa y garante de la verdad con programas como Público y Confidencial o Hablemos Libremente”.
Pero esa rutina que tenía Cristal durante más de 5 años cambió de la noche a la mañana. Sin avisos. Sin preparación previa. “A mediados de agosto ya se habían llevado la guía de onda y se veía difícil volver al aire. Después, a finales de agosto, me enteré por el señor Roger de lo que había pasado, que es quien junto al señor Rubio acompañan al jefe en labores técnicas y de mantenimiento, y quienes estaban pendientes de reponer la señal de la emisora cada vez que salía del aire”.
Dos meses después, ella aún recuerda ese mensaje que la devastó y que cambió por completo lo que conoció como Pentagrama. “El mensaje era ‘destrozaron todo en cambalache’. Al verlo, quedé mal, quise saber más y fue cuando envió las fotos”.
Las imágenes mostraban el desvalijamiento total: los delincuentes habían cargado con piezas importantes del transmisor, el tablero eléctrico destrozado, el transformador del poste.
Un panorama que empeoró
Martínez señaló que se mantuvo en contacto con sus compañeros para seguir de cerca la situación. “Al día siguiente, yo fui al Correo del Caroní para darle apoyo moral al jefe (David Natera Febles), y estaba abatido. Se veía mal por todo lo que había pasado”.
“Decidimos ir a tomar un café para darnos ánimo. En el carro solo había silencio. Yo trataba de sacar conversación, pero por cada sitio que pasábamos, se veía abandonado, en ruinas, todo desesperante y frustrante, porque pareciera no encontrarse ánimos en ningún sitio”, recordó la joven.
Admite que fueron muchas las personas que escribieron cuando se enteraron por los estados de WhatsApp y después a través de las noticias. “Los que fueron trabajadores de Pentagrama, me comentaban la impotencia que les daba. Luego me enteré de que precisamente por la falta de electricidad allá, se terminaron de llevar lo que quedaba”.
“Natera me preguntó si no había ido y le dije que no, y tampoco quiero ir porque sería para llorar. El otro operador que estaba, se quedó sin ese trabajo. Yo no lo esperaba, pero a pesar de todo sí continúan pagándole. Actualmente, continúa funcionando solo por internet. Me encargo de la programación vía remota y yendo cuando debo hacer más, preparando un empaque nuevo para cuando algún día Pentagrama vuelva a salir al aire. Lo cual sería a largo plazo”, detalló.
Trámites burocráticos
Martínez admite que es una situación bastante lamentable. “Muchos preguntan que por qué no se mudó a la emisora antes, y es que se necesita permiso de Conatel para cambiar las coordenadas del sitio del transmisor, lo cual es difícil, debido al gobierno y a que es de las empresas de Natera. También es triste ver el edificio de la carrera Guasipati, en Puerto Ordaz, sede de TV Guayana y Pentagrama, cada vez más sola”.
Los programas que salieron del aire fueron Trascendencias y Rayito de Luz, que se transmitía los sábados; Público y Confidencial, Son de Miguel y Hablemos Libremente, de lunes a viernes. Entre todos cultura e información. En la web de Pentagrama se escucha solo música las 24 horas del día.
Pero antes de que la delincuencia hiciera de las suyas, Conatel también les había puesto el ojo. En 2018, exhortó a la emisora en varias oportunidades, por la supuesta difusión de “mensajes que promueven el desconocimiento de autoridades legítimamente constituidas”, por las opiniones expresadas en el programa Público y Confidencial, conducido por Damián Prat, en el estado Bolívar.
La última comunicación llegó a la emisora el 31 de julio de 2018. En la misma se le exigió a la emisora que tomara las medidas correspondientes antes de que el ente regulador estableciera sanciones como multas de hasta el 10% de los ingresos brutos de la empresa.
Informar en tiempo real
La Organización No Gubernamental (ONG) Espacio Público señala que la radio en Venezuela se destaca como uno de los medios con mayor alcance a nivel nacional y una de las principales fuentes de información, a pesar de la llegada de la televisión y de las redes sociales.
En marzo de 2019, este hecho quedó en evidencia durante el apagón eléctrico nacional, ya que varias emisoras radiales lograron informar sobre lo que pasaba en tiempo real, lo que orientó a parte de la población en medio de la incertidumbre.
Hasta el año 2021, en Venezuela existían al menos 980 medios de comunicación operativos, de los cuales 699 son emisoras radiales, es decir, el 71%.
Los estados Lara (82), Barinas (68), Aragua (58), Portuguesa (56) y Distrito Metropolitano de Caracas (44), acumulan el 44% de todas las emisoras a nivel nacional. Mientras que los estados cuyo espectro radioeléctrico se encuentra más limitado son Delta Amacuro (11), Yaracuy (11), Anzoátegui (10) y Amazonas (4), precisa Espacio Público.
Cifras alarmantes
Entre 2003 y septiembre de 2022, Espacio Público documentó el cierre de, al menos, 233 emisoras de radio a nivel nacional, lo cual representa el 64% del total de medios de comunicación cerrados en los últimos 20 años.
La mayoría de estas medidas se dieron en medio de procedimientos administrativos adelantados por Conatel, en compañía de funcionarios de cuerpos de seguridad.
El caso más emblemático se registró en 2009, cuando durante la presidencia Hugo Chávez, fueron cerradas 34 emisoras de forma simultánea. Para ese entonces, Diosdado Cabello, presidente de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones y ministro de Obras Públicas y Vivienda, afirmó: “Estas son las primeras 34 emisoras. Cuando tomamos la decisión en el Gobierno nacional y revolucionario de democratizar el espectro radioeléctrico, de acabar con el latifundio mediático, lo estábamos diciendo en serio, no estábamos jugando”.
Una política sistemática
El secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (SNTP), Marco Ruiz, señaló que es difícil cuantificar los trabajadores que se han visto afectados con el cierre de las emisoras, debido a que muchas quedan en zonas lejanas y trabajaban de forma muy precaria.
“Hay casos donde solo hemos logrado obtener confirmación del cierre, pero sin mayores detalles o declaraciones a propósito de que se pudieran estar planteando algún tipo de acuerdos con Conatel, revisión de documentación que les permita volver al aire y al temor por represalias mayores”, ejemplificó Ruiz.
También detalló que “de lo que no tenemos dudas es que superan los 1.000 empleos que se han perdido a raíz de estos hechos. Además, hemos visto con mayor incidencia en septiembre y octubre, esto entre periodistas, operadores, locutores, productores nacionales independientes, los que son principalmente los que conforman el ecosistema de medios radiales”.
“Reclamamos y protestamos estos cierres masivos que se han convertido en una política por lo sistemático, por lo reiterado, por lo significativo cuantitativamente y por el daño y la afectación que genera en los trabajadores, pero también en la gente, en las comunidades. El 70% de los medios de comunicación en Venezuela son estaciones de radio y estudios de ONG, evidencia de que la radio es el medio con mayor penetración en todo el país y que es la opción número uno de los ciudadanos para obtener información”, explicó Ruiz.
Números alarmantes
El SNTP documentó que Conatel ha ordenado el cierre de casi 8 emisoras por mes. “Salvo un caso en el estado Bolívar, en el resto de los incidentes reportados aparece como responsable Conatel”, se puede leer en su reporte difundido el pasado viernes 28 de octubre.
En total, en 16 de los 23 estados del país se han reportado, al menos, un caso de cierre radial por parte de este organismo. A partir de esta cifra, estiman que alrededor de 1.000 trabajadores han quedado desempleados o a la deriva por esta situación.
“Conatel se vale del silencio administrativo para mantener la presión y la vigilancia sobre las estaciones de radio. Dicho silencio termina convirtiéndose en una negativa para el ejercicio de los derechos a la libertad de expresión y de información, sin que se ofrezcan explicaciones. Los solicitantes, además, quedan en un limbo que genera censura y autocensura”, destacó Ruiz.