Ex primer ministro pakistaní implica a su sucesor en tentativa de asesinarlo

Ex primer ministro pakistaní implica a su sucesor en tentativa de asesinarlo

 

El ex primer ministro pakistaní, Imran Khan, acusó el viernes a su sucesor, Shehbaz Sharif, de complicidad con el intento de asesinato en el que resultó herido en una pierna el jueves.

Khan, destituido en abril por una moción de censura parlamentaria y reemplazado por Sharif, aseguró que el actual jefe de gobierno planeó el atentado junto al ministro del Interior, Rana Sanulah, y un alto oficial de las fuerzas armadas.

“Esos tres hombres decidieron matarme”, declaró Khan, desde el hospital de Lahore donde convalece. El exdirigente también indicó que hubo dos tiradores implicados en el ataque.

El gobierno rechazó cualquier implicación y atribuyó el intento de asesinato a un asaltante solitario motivado por el extremismo religioso. El ejército dijo que estas acusaciones “eran irresponsables y sin fundamento”.

El ataque contra Khan mató a un hombre e hirió al menos a otros diez, agudizando la crisis política del país desde la destitución como primer ministro de esta antigua estrella internacional de críquet de 70 años.

Khan se encuentra “estable y va bien” en el hospital Shaukat Khanum en la ciudad oriental de Lahore, dijo su doctor Faisal Sultan a la AFP el viernes por la mañana.

El exdirigente encabezaba desde el viernes una marcha de miles de seguidores desde Lahore hasta la capital Islamabad, para pedir elecciones anticipadas, primera etapa de su esperada regreso al poder.

Sentado en una silla de ruedas, con la pierna derecha enyesada y la izquierda envuelta en un grueso vendaje, Khan habló durante una hora contra el gobierno y las élites, acusándolos de derrocarle.

Sin embargo, no ofreció pruebas de la presunta implicación de estos estamentos en su intento de asesinato. El ministro de Interior aseguró que el ataque era “un caso muy claro de extremismo religioso”.

En un video filtrado por la policía, el presunto tirador reconoce que actuó porque Khan “estaba engañando a la gente” y porque le molestaba que el ruido de su convoy interrumpiera la llamada a la mezquita.

– Reanudar la “larga marcha” –
La zona del tiroteo en Wazirabad, unos 170 km al este de Islamabad, estaba acordonada y vigilada por policías mientras los expertos forenses analizaban la escena.

En el momento del ataque, Khan miraba a la multitud congregada para su marcha, desde donde empezaron a llegar ráfagas de balas.

“Las balas dieron en mi pierna, y cuando me caía hubo otra ráfaga”, dijo Khan a los reporteros.

“Había dos hombres. Si se hubieran sincronizado bien, no hubiera sobrevivido”, afirmó, prometiendo reanudar su “larga marcha” a la capital una vez recuperado de las heridas.

Pakistán padece desde hace décadas movimientos islamistas violentos que cuestionan la influencia del poder central, y los asesinatos de políticos han marcado la historia del país.

En 2007, Benazir Bhutto, la primera mujer de la era moderna en haber dirigido un país musulmán, fue asesinada en un atentado cuyos autores intelectuales jamás fueron identificados.

Khan perdió el cargo en abril con una moción de censura en la que sufrió deserciones de miembros de su partido, pero conserva un amplio apoyo entre la población.

Desde entonces, no deja de repetir que su caída fue una “conspiración” urdida por Estados Unidos, y critica con dureza al gobierno de su sucesor, Shehbaz Sharif.

Imran Khan llegó al poder en 2018 tras la victoria en las legislativas del PTI, plataforma populista que mezcla promesas de reformas sociales, conservadurismo religioso y lucha contra la corrupción.

 

AFP

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