Estados Unidos se ha enfrascado en una guerra económica de baja intensidad contra China desde hace más de cuatro años – lanzando andanada tras andanada de aranceles, bloqueos de inversiones, límites de visados y mucho más. Pero el objetivo final en este conflicto siempre fue difuso.
Especial de Laszlo Beke
¿Se están buscando cambios específicos en el comportamiento de China o se quiere retar el sistema chino? ¿Se quieren proteger intereses de seguridad medulares o se quiere mantener la hegemonía por cualquier vía? La dispersa y poco consistente regulación y pronunciamientos públicos bajo la Administracion Trump ofrecieron poca claridad a aliados, a adversarios y a las empresas en todo el mundo. Las acciones de la Administración Biden han sido más sistemáticas, pero los objetivos a largo plazo se han mantenido cubiertos por la opacidad burocrática.
Sin embargo, hace pocas semanas, una presentación regulatoria muy extensa realizada por una agencia federal poco conocida proveyó la pista más clara que se ha tenido de las intenciones de Estados Unidos. El Bureau of Industry and Security (BIS) anunció los nuevos límites extraterritoriales en las exportaciones a China de semiconductores avanzados, equipos de fabricacion de chips y de componentes de supercomputadores. Los controles revelan un foco único y concentrado para frustrar e impedir las capacidades chinas a un nivel básico y fundamental. El daño primordial para China será económico, en una escala que excede las inquietudes militares y de inteligencia mencionadas por Estados Unidos. El gobierno de Estados Unidos impuso las nuevas reglas depues de una consulta limitada con países y empresas aliadas, probando que su búsqueda de frenar y limitar a China estaba más allá de las posibles repercusiones diplomáticas o económicas.
Indudablemente los “restriccionistas” estadounidenses, aquellos que quieren acelerar el desacoplamiento tecnológico con China, vencieron en el debate estratégico dentro de la Administración Biden. Voces más cautelosas, de tecnócratas y “centristas” que abogaban por restricciones incrementales en aspectos específicos de las conexiones tecnológicas con China fueron derrotadas. Este viraje presagia medidas más duras en otros sectores que se consideren estratégicos como biotecnología, manufactura y finanzas. La velocidad y los detalles no se han revelado, pero el compromiso objetivo y político esta más claro que nunca. En el pasado, el sector tecnológico había logrado limitar nuevas reglas. Hay quienes opinan que los controles sobre la exportación de tecnologías cuánticas eventualmente afectaran a Estados Unidos al afectar el crecimiento de estas.
La conclusión es que Estados Unidos se ha comprometido con un rápido desacomplamiento, independientemente de las consecuencias. Para información más completa sobre como este tema ha ido desarrollándose en el tiempo en el Portal de Tecnología e Innovación se encuentran los artículos Las ambiciones chinas en el ámbito digital, China pierde liderazgo tecnológico y China se cierra a la tecnología global.
Computación cuántica e Inteligencia Artificial
Los esfuerzos de Estados Unidos para congelar el progreso tecnológico de China en varias áreas claves parecieran que irán más allá de los chips avanzados. Bloomberg reporta que las tecnologías que se usan en el campo cuántico, así como el software de Inteligencia Artificial podrían ser los próximos objetivos de control de exportación:
– Los bloqueos de exportación anunciados le impiden a China obtener de los suplidores estadounidenses las tecnologías de chips que necesitan para computación cuántica.
– Las restricciones en tecnologías relacionadas con computación cuántica podrían focalizarse en el software y las ciencias de materiales que se requieren para los fundamentos de las tecnologías. Esto probablemente también afectará el entrenamiento de científicos chinos en Estados Unidos.
– El gobierno estadounidense está tomando muy en serio la amenaza de ataques basados-en-lo-cuántico, mientras China abiertamente ha puesto una alta prioridad en la adquisición de computación cuántica. Dado que China es considerada una amenaza importante y creciente para el gobierno y la industria estadounidense, pareciera que Estados Unidos está considerando formas de cortar de raíz las capacidades cuánticas de China.
– Las restricciones de exportación de la tecnología cuántica y de software de Inteligencia Artificial pueden potencialmente representar una expansión significativa de la guerra tecnológica de Estados Unidos con China.
– Podría no solo buscar asfixiar económicamente a un importante rival de Estados Unidos, sino que también podría eventualmente impedir al gobierno chino apalancar la tecnológica cuántica en la capacidad de encriptación para prevenir ciberataques.
– Esto a pesar que la computación cuántica y la amenaza asociada con la encriptación están a años, posiblemente décadas, de ser comercializados. Ni siquiera está garantizado que lo cuántico termine funcionando como se ha teorizado al respecto.
Tampoco hay especificidad en lo referente a las restricciones de “Software de Inteligencia Artificial”, una categoría muy amplia. Si se replican las medidas aplicadas a la exportación de semiconductores en computación cuántica y software de IA, ello implicaría umbrales técnicos para las computadoras cuánticas y las herramientas para construirlas. Para los chips, ello significó que las reglas bloquearon la exportación de dispositivos capaces del desempeño computacional para entrenar modelos grandes de IA. El objetivo es bloquear su uso por el Ejército Chino y por el aparato chino de vigilancia doméstica.
Este conjunto de medidas tendrán efecto en el corto plazo, habrá que ver que ocurre en el largo plazo y cuanto puede China avanzar por su cuenta y cuanto podrá lograr obtener de Occidente por vías no regulares.
Un ejemplo
Yangtze Memory Technologies Co., una empresa de chips china en alta estima para el gobierno chino, tratando de cumplir con los nuevos controles de exportación de Estados Unidos le ha tenido que solicitar a sus empleados estadounidenses que dejen la empresa. Las nuevas medidas incluyen el requisito para los ciudadanos estadounidenses de obtener permiso oficial para trabajar en la producción de chips en el extranjero. El CEO de la empresa tuvo que renunciar a su cargo dentro del ambiente de creciente tensión en las relaciones comerciales de ambos países.
Se hace referencia a The next front in the US-China tech war y Biden Is Now All-In on Taking Out China. También aparece en mi Portal https://bit.ly/3sTgaPt. La imagen es cortesía de flickr.