En las edades entre 3 y 5 años es cuando los niños más curiosidad y dudas tienen sobre el mundo y su hobby principal es descubrir.
Por Diario 2001
Por eso es importante que las escuelas fomenten espacios seguros para que los niños puedan explorar pero a su vez estén protegidos, según especialistas.
La comunidad venezolana se encuentra conmovida por el caso de Colegio Humboldt y existe la gran incógnita. ¿Que es seguro en un salón de niños?.
Carlos Trapani, coordinador general de Cecodap y especialista en derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, explicó a 2001 que en un salón de clases se debe tener un plan de riesgo.
Esto para saber a qué están expuestos los pequeños y que se tiene que hacer para evitar cualquier tipo de accidente.
El también abogado aseguró que la infraestructura de la unidad educativa se ve comprometida a estar de acorde al nivel académico que se implementa.
En este caso el nivel inicial, para lograr trabajar en un espacio seguro cuando se trata de niños pequeños.
La educación de un menor entre los 3 y 6 años conlleva más atención y responsabilidad, sobretodo en salones con un aforo muy grande de alumnos.
La directiva debe tomar en cuenta la matrícula de una sola aula de estudiantes de preescolar y evaluar que tanta asistencia necesita un docente para saber si trabajan con una o más auxiliares, destacó Trapani.
Entre las sugerencias hechas por Trapani para un salón de educación inicial, es que no puede haber materiales corto punzantes al alcance de los niños.
«Dentro de estos espacios no tendrían que haber líquidos tóxicos como cloro u otros artículos de limpieza que pueden ser ingeridos por el pequeño en un momento de descuido», dijo.
En su propia experiencia, el coordinador de Cecodap asegura que trabajar con granos (arroz, caraotas, lentejas) no es algo que recomendaría.
A pesar de que pueden ser utilizados para que el niño mejore su capacidad de contar y separar, pueden ser peligrosos si este decide tragarlo o colocarlo dentro de su oído.
De igual manera, otras docentes de preescolar consultadas, aseguran que el posicionamiento muy bajo de los tomacorrientes y los escritorios filosos pueden traer muchos accidentes dentro de un salón.
Elizabeth Castillo, maestra de segundo nivel, señala que a la hora de jugar en un patio es importante que esté en aptas condiciones. Que los juegos sean seguros, con todos sus tornillos, sin ninguna zona afilada.
“El suelo no puede ser resbaloso y no pueden haber piedras filosas o de grandes dimensiones, ni para que el niño caiga y se golpeó con ella, ni para que otro compañero se la lance y lo hiera”, expresó.
Todos los colegios deben tener válido sus permisos de funcionamiento, evaluados por un grupo de bomberos quienes inspeccionan el lugar y dan el visto bueno, en cuanto a estructura, salidas de emergencia, etc.
Cuando se trata de preescolar, la Fundación de Edificaciones y Dotaciones Educativas (Fede) realiza una supervisión para evaluar la seguridad de las instalaciones de un kínder.
Debido al caso del Colegio Humboldt, estudiantes y docentes pueden no sentirse seguros y rechazar ir a la escuela.