Este martes 8 de noviembre, desde la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2022 (COP27) desde Egipto, Nicolás Maduro hizo su intervención “alertando” a los países del mundo y llamando a la “acción” para proteger a los más vulnerables en el mundo “la humanidad está en peligro” señaló.
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Maduro desde Egipto llamó a enfrentar la crisis climática “con hechos concretos, urgentes e inmediatos” y manifestó de “doloroso tener que admitir que la dimensión de esta crisis no nos toma por sorpresa”.
“Hemos perdido mucho tiempo, cada hora, cada mes, cada año de inacción, de vacilación, de indolencia, se traduce hoy en ecosistemas destruidos, en especies extintas y en el deterioro de las condiciones de un planeta” agregó.
Asimismo, hizo señaló que lo ocurre actualmente en el mundo “obliga a modificar el modelo de vida consumista”.
“Venezuela es responsable de menos del 0,4% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero” agregó Maduro manifestando que “el pueblo venezolano debe pagar las consecuencias de un desequilibrio causado por las principales economías occidentales”.
Sin embargo, en su discurso “olvido” lo que sucede en el Arco Minero del Orinoco, una situación que han venido denunciando diversas ONG en el país, ante lo grave de la situación al sur de Venezuela.
Un problema que desde hace algunos años se viene desarrollando con una depredadora política extractivista de minerales que, de acuerdo con múltiples informes, ha producido incalculables e irreversibles efectos negativos para el país en especial a las poblaciones indígenas que hacen vida en la zona.
Una realidad que difiere de lo expuesto por Maduro en su intervención en Egipto.