Viendo lo que ocurrió en el encuentro entre los enviados de Maduro y los del G-4 en París, me vino a la mente la imagen de un grupo de corderos caminando al matadero; pues, quienes representaron a la oposición no tuvieron la fuerza suficiente de hacer las exigencias que la sociedad venezolana reclama.
Los comisionados por Nicolás Maduro hablaron duro, exigieron el cese de todas las sanciones, la liberación de Alex Saab e incluso que se eliminen las recompensas por sus cabezas, todo barnizado por la propuesta de “amnistía” presentada por su cómplice, el presidente colombiano, Gustavo Petro.
Quienes fueron por parte de la oposición no tuvieron el coraje de replicarle a Jorge Rodríguez exigiéndo, por ejemplo, la inmediata liberación de todos los presos políticos, el cese de la censura y cierre de medios de comunicacion social, el regreso de los exiliados y las condiciones electorales que garanticen unos comicios limpios y transparentes.
El grito furibundo de unos y el silencio de otros, sirvieron la mesa a un Nicolás Maduro que no desaprovecha ninguna ocasión para salirse con la suya, y más cuando la oposición le facilita esa posibilidad.
Sin duda, a la oposición no le sirven más esos “corderos” que no ponen los puntos sobre las íes, que no mantienen una posición firme y que sólo le facilitan la vida a Maduro. Ya la gente no quiere a estos corderitos; la gente quiere ser representadas por verdaderos leones de la libertad.
Aquí, permítanme citar al líder liberal de Argentina, Javier Milei, con aquello “no vine a guiar corderos, sino a despertar leones”. Pues, eso es lo que necesitamos los venezolanos a dirigentes capaces de luchar como fieras por las libertades de los venezolanos.
Seguro que si en esa comisión que viajó a Francia hubiera existido un representante que no se entregara ni se rindiera, no estuviéramos leyendo sobre las exigencias de Maduro sino sobre los planteamientos y puntos firmes propuestos por una oposición combativa, así de sencillo.
En la oposición debemos dejar de ser corderos y ser más leones, y con esto me refiero que debemos tomar la iniciativa, controlar la agenda política nacional, ser quienes guíen la batuta del concierto del quehacer diario nacional y dejar de ser reactivos y poco creativos a la hora de hacer política.
La oposición debe dejar de ser cómoda a Miraflores; es por ello que la única opción de rebeldía frente al status quo y a la convivencia planteada hasta ahora tiene nombre y apellido: María Corina Machado.
Ella es la líder fuerte que esta nación necesita. Venezuela ya tuvo demasiados “líderes” dialogantes, sumisos y pasivos, es el momento de tomar el control, es el momento de cambiar el juego y la forma de jugarlo, y la forma de hacerlo es con María Corina.
Es por esta causa, que desde Miraflores quieren trancale el paso a María Corina Machado, pues saben que ella le es incómoda, y es un verdadero peligro para su estabilidad en el poder.
Y, además, es por esa causa que los opositores complacientes también les desagrada ella, pues con María Corina se les acaba el juego del gato y el ratón, y todas las prebendas que se desprenden de este modus operandi.
Si queremos cambio en Venezuela, María Corina es la opción; si queremos una líder que luche como una leona por el país, entonces ella es la candidata idónea; ella nos defenderá y luchará por la libertad de todos, de eso no hay duda.
Así de simple.
Sin más que agregar, nos leemos la próxima semana.