El Mundial de Qatar 2022 comenzará el 20 de noviembre en lo que será la segunda Copa del Mundo que tendrá al VAR como protagonista después de su estreno en Rusia 2018 y la FIFA anunció oficialmente que seguirán sin escucharse los audios entre el árbitro principal y los encargados de utilizar la tecnología. Además, comunicaron otras medidas con el objetivo de “favorecer el espectáculo”.
Por Infobae
El jefe del estamento arbitral de la entidad, Pierluigi Collina, fue el indicado para señalar que las conversaciones entre las autoridades seguirán bajo el espectro privado: “Las conversaciones entre los profesionales no serán públicas. Sabemos que esa discusión existe, pero en este momento no hay posibilidad de escuchar las conversaciones entre el arbitro y el VAR”.
“Hace cuatro años los árbitros no estaban del todo preparados para el uso del VAR. Ahora todas las grandes competiciones lo tienen y es mucho más sencillo. En Rusia fue un éxito y ahora lo que hicimos es intentar mejorarlo”, declaró Collina y agregó cuáles son las próximas metas de esta herramienta: “Uno de los objetivos es reducir el tiempo de espera en los fuera de juego y creo que lo hemos conseguido. Por eso se pasó a utilizar el sistema semiautomático de detección del fuera de juego”.
Este nuevo instrumento para facilitar la detección del offside comenzó a utilizarse con una serie de requisitos adicionales al funcionamiento inicial de la tecnología. La pelota debe contener en su interior un dispositivo electrónico que envía un conjunto de datos 500 veces por segundo a la sala de video para hallar el momento preciso donde se golpea el balón.
A la par de esta innovación, también habrá una docena de cámaras instaladas por debajo de la cubierta de cada estadio para observar los movimientos de la pelota y, en cuanto a los jugadores, se podrá tener acceso hasta a 29 puntos de datos de cada uno que se tomarán 50 veces por segundo.
El exarbitro italiano remarcó que esto ayudará a “reducir el tiempo que se tarda en determinar un fuera de juego”, aunque puntualizó en que el árbitro seguirá teniendo total potestad en la última determinación: “La decisión no va a ser instantánea, pero sí más rápida. Además, queremos enfatizar que la decisión final estará siempre en manos del oficial del partido sobre el terreno de juego”.
“El tiempo de respuesta dependerá siempre de las decisiones que hay que validar, pero más rápido va a ser seguro ya que el VAR no tendrá que trazar las líneas”, agregó en una conferencia de prensa que también contó con Massimo Busacca, director de la subdivisión de arbitraje, y Johannes Holzmüller, director de la Subdivisión de Innovación Tecnológica del Fútbol.
Estas situaciones pueden contribuir a múltiples demoras en los partidos. Sin embargo, las autoridades les pidieron a los árbitros que sean “muy rigurosos” y “añadan todo lo que se necesite para compensar las pérdidas de tiempo”. “Hace cuatro años empezaron a ser habituales los tiempos añadidos de seis o siete minutos. Hay que favorecer el espectáculo y no se puede permitir la pérdida de tiempo”, agregó.
Por otro lado, dejó en claro que no van a permitir el juego brusco de ninguna manera: “No queremos que un rival ponga en riesgo a otro. Seremos muy duros con las entradas y se mostrarán rojas. Hay tres situaciones de entradas peligrosas: las acciones que van al límite de fuerza, subir la pierna muy arriba con riesgo aunque sea jugando el balón y proteger con el cuerpo y sacar demasiado los codos. No se consentirá. Sabrán que les puede costar la expulsión”.
En esta misma vía, también se refirió a los futbolistas que se aprovechen de la rigurosidad del reglamento para sacar provecho a su favor: “Vamos a perseguir a los que intentan engañar, los que fingen buscando un beneficio propio. Es algo inaceptable y no lo vamos a permitir”.