La aparición del hombre providencial que lleva al cambio de paradigmas es de vieja data. El filósofo alemán Friedrich Wilhelm Nietzsche (1844-1900), en su obra Así habló Zaratustra, inspirado en Zoroastro, líder espiritual persa, fundador del mazdeísmo o zoroastrismo, cuyas enseñanzas desafiaron las tradiciones existentes, encuentra su paragón moderno en Elon Musk, líder empresarial que está obliterando los paradigmas empresariales de nuestro tiempo.
Haciendo, en esta oportunidad, caso omiso de su actitud prepotente frente a sus empleados, propia del capitalismo salvaje, al igual que Zaratustra, Elon Musk, con más de 115 millones de seguidores en Twitter -el Zoroastrismo tiene hoy en día unos 300.000 seguidores-, rompe con el paradigma empresarial de nuestro tiempo, cuando destruye la función de los tiempos en el proceso de decisiones empresariales.
Cuando Musk adquiere Twitter, lo primero que hace, no es convocar a su equipo para preparar su Plan Estratégico de tres años y definir los escenarios, como dicta la metodología imperante, sino por el contrario, declara “su objetivo para los próximos 10 días”. Antes de adquirir la empresa, dio otra demostración de su metodología empresarial cuando habló telefónicamente con el entonces CEO de Twitter, Parag Agrawal, y le preguntó “¿qué has alcanzado en los últimos 7 días?”.
Pierre Wack (1922-1997) ejecutivo de la Royal Dutch Shell fue el primero en desarrollar la planificación por escenarios. Después de él, esa metodología se convirtió en el nuevo modelo para la comunidad empresarial. Decía que: “No se puede predecir el futuro y es peligroso tratar de hacerlo”. Entonces propone crear dos escenarios extremos y prepararse para ellos. Cuando cambien los escenarios vuelven a desarrollar un nuevo plan estratégico.
Hoy en día, quizás el mundo cambia demasiado rápido. En una semana vivimos los siguientes cambios: las expectativas optimistas de los republicanos con respecto a las elecciones del midterms, se vieron frustradas y en lugar de producirse la avalancha roja, sorpresivamente, Biden resultó victorioso; al mismo tiempo, los Ucranianos conquistan a Kresson y Putin queda mudo, hasta el día de hoy, y no asiste a la Reunión de los 20; Biden se reúne con XI Jinpin y estrechan lazos, desarman la tensión en el oriente; el Crypto Exchange FDX se desploma y pierde sus inversionistas, en un día, 20.000 millones de dólares; y para culminar, Maduro es saludado afectuosamente por Macron, y vira la política internacional de Venezuela, convocando inmediatamente una reunión en Paris, con el presidente argentino, Alberto Fernández, y el presidente colombiano, Gustavo Petro, ¿el gobierno y la oposición?
Los economistas de antes tenían clara la situación. Inventaron el “Ceteris Paribus”, si todo sigue igual, la tendencia es esta. Hasta ahí.
El moderno Zaratustra, Elon Musk, muestra el nuevo paradigma: el largo plazo son 10 días. Luego, establecer la dirección deseada de la empresa, ¿no es mejor tomar decisiones diarias basadas en los últimos acontecimientos conocidos, que volver al borrador y hacer otro plan estratégico?
¿Qué sentido tiene el largo plazo? Bien dijo el economista inglés, muchas veces mal interpretado, John Maynard Keynes: “En el largo plazo todos estamos muertos”.
Economista e Historiador
Biblioteca Gerardo Lucas – Libros y ensayos en historia económica y social (wordpress.com)