Michael Anderson preparaba bebidas en el Club Q de Colorado Springs la noche del sábado cuando escuchó estallidos en medio de la música fuerte y estruendosa.
Por CNN
Al principio no se preocupó. Los estallidos se parecían a algunos efectos de sonido populares en los clubes LGBTQ, le relató el bartender a Don Lemon de CNN. Entonces levantó la vista y una figura apareció en su horizonte, empuñando un arma.
“Vi la silueta de un hombre con un rifle en la entrada del club”, dijo.
Anderson se quedó inmóvil.
Confundido y repentinamente aterrorizado, se agachó detrás de la barra. A su alrededor se produjo una mezcla caótica de disparos, gritos y cristales rotos.
“Los cristales empezaron a volar por todas partes a mi alrededor”, dijo. “Me di cuenta de que esto estaba sucediendo en la vida real, a mí y a mis amigos… Temí que no fuera a salir vivo de ese club. Nunca he rezado tan sincera y prontamente en mi vida como en ese momento”.
Anderson mantuvo la cabeza agachada hasta que cesaron los disparos, y luego salió corriendo del edificio para ponerse a salvo. Otros no lo lograron.
La policía de Colorado Springs dijo que recibió la primera llamada al 911 a las 11:56 p.m. En menos de un minuto, había enviado agentes al club nocturno. A las 12:02 a.m., el atacante estaba bajo custodia.
Seis minutos. Algunas personas atrapadas en el Club Q dijeron que les pareció una eternidad.
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