La bahía de Doha al atardecer es uno de los puntos favoritos de encuentro de las múltiples culturas que conviven en este mes de Mundial en Qatar.
Por BBC Mundo
Cuando los termómetros relajan los 30°C en el “invierno” qatarí, familias, aficionados y curiosos coinciden caminando por la avenida Al Corniche que peina siete kilómetros del paseo marítimo de la capital.
Es aquí donde se aprecia mejor el contraste entre los visitantes occidentales y varias familias locales qataríes, que observan con algo de estupefacción la que se está montando en su país.
Los qataríes no son más de 350.000 en este Estado musulmán de tres millones de habitantes y entre ellos existe todo un espectro de interpretación de los principios islámicos.
Hay familias conservadoras y tradicionales, pero también progresistas y liberales.
El rol de la mujer está en el centro de esta realidad con más grises que blancos o negros.
Por Al Corniche, algunas pasean totalmente cubiertas de negro y otras, simplemente, llevan un hijab a color (velo solo para la cabeza y el cuello).
Pero las cuestiones que las afectan van mucho más allá de su atuendo.
En Qatar existe un sistema conocido como tutelaje masculino de mujeres que las que se oponen describen como “ser como una menor toda la vida”. Dicho sistema es la base de muchos reclamos para conseguir mejores derechos.
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