El deterioro de la infraestructura que presentan las residencias femeninas “Mamá Chela” de la Universidad de Los Andes en la ciudad de Mérida, es espejo de la crisis que atraviesa el sector educativo y pareciera que no tiene dolientes.
Por Jesús Quintero
Ana Gotopo, vive en las residencias femeninas mientras cursa su carrera universitaria, es estudiante foránea de la ULA e indicó que las paredes presentan filtraciones debido a falta de mantenimiento.
Son espacios comunes donde conviven más de 120 estudiantes universitarias y además funcionan bibliotecas, cocinas, habitaciones, área de lavandería, pero es un lugar que tiene mucho tiempo sin que se le hagan trabajos de carácter preventivo y correctivo a la infraestructura, la mayoría de los espacios presentan filtraciones.
Reseñó el Observatorio de Derechos de la ULA en su Boletín Andino 167 que, según la Lic. Rosana Uzcátegui, coordinadora operativa de las residencias, el problema más grave es la filtración de una de las cocinas, filtración que recorre el edificio hasta llegar al sótano ocasionando humedad, lo que es insalubre para las estudiantes.
La sala de computación con capacidad para 10 equipos, apenas cuenta con 5 y de ellos solo sirve 1; en el área de cocina, solo tienen 1 filtro de agua y 1 nevera comunitaria; en las duchas hay botes de agua y las jóvenes no cuentan con agua caliente debido a los problemas de suministro de gas doméstico; mientras que en el área de lavado, de las 4 lavadoras/secadoras solo sirven las secadoras.
Asimismo, los 2 tanques de almacenamiento de agua no están operativos porque la bomba está dañada y la brekera que surte de luz a la cancha está sumida en el agua, al igual que padecen afectaciones por obras inconclusas tales como problemas de aguas negras y de alcantarillado.
El patio es otra gran área problemática, debido a la edad y gran tamaño de los árboles, estos requieren de pica y poda que desde la Dirección de Ingeniería y Mantenimiento de la ULA han apoyado hasta donde les ha sido posible, mientras tanto, son un peligro inminente porque pueden caer sobre la edificación e incluso algunas de sus ramas están muy próximas al cableado público.
Como consecuencia de la asfixia presupuestaria impuesta por el Ejecutivo Nacional, desde hace varios años la Universidad de Los Andes no recibe el presupuesto solicitado para atender solicitudes de reparación de áreas.
Las estudiantes que conviven en estos espacios, en su mayoría de otros estados de Venezuela, debido al alto costo que implica mantenerse en la ciudad pagando hospedaje privado, comida, transporte, deben optar por un cupo en estas residencias que administra la Dirección de Asuntos Estudiantiles – Daes ULA para minimizar costos mientras cumplen con la carga académica de las carreras de pregrado que cursan.
Razón por la que a propósito del LXVIII aniversario de las Residencias Femeninas ULA Mamá Chela, estarán realizando el próximo 29 de noviembre un potazo que les permita reunir recursos para reparar en primera instancia las filtraciones en techos y paredes dentro del edificio ubicado en la avenida Don Tulio frente a la Federación de Centros Universitarios de la ULA en Mérida.