Los seleccionados de Serbia, después de la polémica extradeportiva por una bandera anti Kosovo en el vestuario, se debatieron la clasificación contra los suizos, en un partido con mucho más que el pundonor deportivo en juego. El marcador de este electrizante encuentro cerró (2-3) a favor de los helvéticos.
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Como era de esperarse, el partido arrancó con todo y, tan solo a los 30 segundos, los helvéticos casi marcan la primera anotación. Una recuperación tras el saque en mitad de cancha de Serbia permitió que el balón le quedara al delantero Breel Embolo, quien remató justo frente a al guardameta Vanja Milinkovic-Savic, quien extendió al máximo todas sus extremidades para taponearlo. Un ataque consecutivo también fue controlado por el guardameta vestido de negro.
Tras ese episodio, Serbia reaccionó y empezó a empujar por las bandas a través de las subidas de sus agudos carrileros. A los diez minutos, fueron los suizos quienes pasaron un susto al ver una pelota, disparada por la zurda de Andrija Zirkovic, rebotar en el segundo poste defendido por Gregor Kobel.
Cuando parecía que Serbia era más peligrosa, un contragolpe de Suiza rompió la pizarra. Tras un muy buen pase del mediapunta Mohamedt Sow, el experimentado extremo Xherdan Shaquiri quedó cómodo para rematar de zurda desde el vértice del área grande. Su remate fue tan potente que la estirada de Milinkovic-Savic no fue suficiente para detenerlo.
Sin embargo, la alegría les duró poco a los dirigidos por Murat Yakin, que perdieron la ventaja al minuto 26, justo cuando intentaban bajar el ritmo. Una pelota ganada con fiereza por Filip Kostic en la banda le permitió a Dusan Tadic guiar un contragolpe que, con una precisa asistencia del “10”, acabó en el cabezazo potente de Aleksandr Mitrovic, que evidenció su categoría goleadora.
La estrategia helvética empezó a desmoronarse tras el empate, lo que capitalizó Dusan Vlahovic, uno de los delanteros más letales de su equipo. El pase entre líneas de Tadic, fundamental en la creación de juego de los serbios, fue interceptado a medias por el centrocampista Remo Freuler, que dejó correr sin dueño el balón, pescado de improviso por Vlahovic dentro del área, quien de primera se la cruzó a Kobel, sin posibilidades de respuesta.
Pero las emociones no se detuvieron allí. El conjunto helvético se revitalizó y, con más corazón que cerebro, consiguió la igualdad. Sow lanzó otra buena habilitación, esta vez para el lateral derecho Silvan Widmer, que sirvió a placer para que Embolo batiera por fin a Milinkovic-Savic a solo un minuto del descanso.
La reanudación empezó como la primera mitad, con Suiza al ataque. La diferencia fue que esta vez sí lo aprovechó el combinado helvético para irse arriba por segunda ocasión. Tras una serie de errores de los defensas serbios, Xhaquiri metió un balón bombeado que Rubén Vargas dejó con un “taquito” servido para Freuler, quien se reivindicó y rompió las redes de Milinkovic-Savic.
El entrenador Dragan Stojkovic metió dos cambios para variar la historia del encuentro. Un remate desviado de Tadic y una internada de Kostic atrapada por Kobel fueron las jugadas más peligrosas en los siguientes minutos. Los suizos, encabezados por el defensa Manuel Akanji, sostenían su buena condición física para aguantar los embates rivales.
Una pelota pescada por Mitrovic en el área abrió paso a la polémica, luego que todo el banquillo serbio se levantara para pedirle al árbitro Fernando Rapallini que pitará penalti tras agarrón y una supuesta mano del central Fabian Shär. Sin embargo, el colegiado argentino ignoró las objeciones y mandó a seguir con el partido.
A partir de allí, Suiza puso el cerrojo y se hizo amiga del reloj, que administró con sabiduría para exacerbar la desesperación del contrario. Inclusive, Christian Fassnacht tuvo la oportunidad más clara para extender la ventaja, pero su chance fue negada por el pecho de Milinkovic-Savic.
Ya en el descuento, los ánimos se caldearon al punto de llegar a los empujones y los insultos, protagonizados por Granit Xhaka y Nikola Milenkovic, quienes se llevaron una tarjeta amarilla. Por fortuna, este intenso choque acabó sin mayores contratiempos.
La ordenada Suiza buscará seguir trascendiendo en su próximo encuentro en octavos de final contra Portugal.
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