El comediante colombiano Andrés López volvió a Venezuela con su “Pelota de Letras” luego de más de 10 años sin pisar esta tierra que considera su hogar.
lapatilla.com | Katerín García
El colombiano estará presentándose en Caracas este 8 y 9 de diciembre en las tablas del Teatro Santa Rosa de Lima, en Santa Fe y con su llegada a la capital tuvimos la oportunidad de conversar con Andrés y conocer más allá del humor que le caracteriza varios puntos de vista que tiene al respecto del desarrollo de su libreto, que comenzó siendo la tesis de su carrera y terminó presentándose en las tablas, con un fin, dejar en claro las brechas generacionales y la evolución de las mismas.
“Llegar a Venezuela es como llegar al Metaverso”
Han pasado más de 10 años desde la última presentación del comediante en el país, por lo que volver a Venezuela, se torna un momento significativo para él. “Es como wow, que cool, estoy aquí, no lo puedo creer, siempre Venezuela me sorprende y más que el país son los venezolanos, es la capacidad de ir, hacer, yo soy un pariente más, yo soy de todos esos apellidos que se repiten, somos primos, es como que todos tenemos la misma mamá, pero con diferente nombre”, nos dijo haciendo referencia a aquellas similitudes que tienen las madres de estas naciones.
Resaltó la multiculturalidad que existe en el país, mencionando la alegría que se vive con los eventos de envergadura mundial, como actualmente ocurre, con los portugueses, españoles, entre otros.
“Nos encontramos con el público venezolano que es muy exigente y muy selectivo, o te ignora o te ama, solo hay dos opciones, o sea, aquí estuvo Freddy Mercury presentándose, así de sencillo y el venezolano tiene una resiliencia impresionante para decidir, vienes porque vienes”.
“Los venezolanos están en cada país que voy con – La Pelota de Letras – e incluso muchas veces sucede que quien me lleva al país es venezolano, o sea, el empresario local que me dice quiero que vengas, es – mira, chamo es que estamos pensando en una presentación tuya, una gira completa en EEUU a ver si empezamos las conversaciones vale – y yo wow”.
“Hablando con Edgar Ramírez, me decía wow, Venezuela y Colombia son como dos hermanos clarísimos, uno de pronto estoy como loco por este lado y viene Venezuela y va y se fue por ahí y, en cambio, Colombia es como el hermano como que dice ¡Ey! Wow qué pasó, qué pasó y viene la mamá y dice, vaya y busque a su hermano que se perdió en tal lado y luego lo tiene calmado en casa y así van”.
“Cuando yo iba en el vuelo, volver a ver la línea costera de Venezuela, me maravillaba, ver ese hermano país de Venezuela desde el avión y yo ver los rieles, aquí queda Mérida, ver el Pico Bolívar, yo dije wow, el Lago de Valencia, y empezar a ver la línea costera yo decía, wow no puedo creerlo que belleza, ya aproximándose al aeropuerto en La Guaira, dije, no este país es espectacular”.
Una obra que está viva, su filosofía
Así señala Andrés, “La Pelota de Letras”, afirma que las generaciones son cíclicas. “Muchas cosas de las que hablo, les pegan a otras generaciones, porque muchas cosas cambian y las generaciones crecieron, las que se consideraban eran las recientemente jóvenes, ya son papás”.
“Cada generación busca sus líneas de comunicación, una mama en la antigüedad, por ejemplo, siempre vivía en el mismo pueblo, la líneas de comunicación se ampliaron y quiero llegar a otras ciudades, a otros idiomas; los jóvenes están buscando otras cosas, la programación, inteligencia artificial, en realidad cambian las herramientas, pero el efecto es el mismo aunque todo va con los ciclos históricos”, señaló López.
“Yo determiné muy bien los tiempos generacionales de cada momento”, explicó:
En el siglo pasado, la generación del 68 da un quiebre; después hay una generación que se toma cinco años, cuando yo me relacione con esa gente, tenían otros Back Ground, otros grupos de rock, después viene otra que la determino con las entrada delos años 80, esos tuvieron el pico de inflexión de la guerra fría y ahí nace MTV, el pop, las comunicaciones masivas, ya no hay un rey del rock sino del pop y allí llega el año 1993 cuando hablo de las marcas, que es cuando rusia se estabiliza y hay una posible tercera guerra mundial y luego el años 2001 que lo marca el derrumbe de las torres gemelas y de ahí he visto un cambio con la pandemia, pero aún no he hallado esa inflexión porque esta generación sigue siendo muy parecida a la de los años 2000. Hasta que yo no vea realmente un cambio que determine, hasta la emocionalidad de un grupo colectivo, no hay otra.
¿Cómo nació el show?
Todo comenzó con la tesis universitaria del comediante…
“A mí siempre me obsesionó Spengler (Oswald Spengler), los ciclos, los escritos de Diderot sobre la historia, y la manera de comunicarlo, pues, yo en la facultad de antropología yo quería hablar de esto, pero me hubiera tocado un quién sabe qué, discutirlo con quien sabe quién y yo dijo, no la herramienta es la comedia, era mi tesis de grado y dijo, no esto no me lo van a aceptar, pero yo no tengo otra y me dediqué a esto”.
“Cuando yo hice la obra, pensé que no iba a salir de cierto núcleo local en Colombia y me decían – oye Andrés, cómo vas a ir a Barranquilla, allá no entiendes a los cachaco oye – y boom tres shows llenos allí, hice un tour en Ecuador y conocí lugares allá que nunca imagine conocer”.
La juventud y la autoridad: Los cuentos y la etapa paternal
Con respecto a esto, Andrés señaló que hoy en día los jóvenes ven a los padres como “roomies”, algo que señaló en su pasado nunca se lo habría imaginado. “Eran autoridades, indiscutibles, eran gente mayor a la que uno… wow ya viene, shhh, por ejemplo mi hija me cuenta del chico que le gusta en el jardín infantil y los problemas que tienen porque ella no logra que la que es cómo su – némesis – se aleje del chico, y ella me dice como una chica de 15 – hice lo que tú me recomendaste papá – yo le di consejos, que le dijera al chico que está conmigo o con ella, porque si tú no quieres estar conmigo, te lo pierdes e hizo exactamente que eso, yo le pregunte y me dijo si le dije eso… y le pregunto y que hizo él.. ella me dice, se quedó conmigo (…) me sentía hablando con mis amigas, yo nunca me imaginé tener ese tipo de conversaciones con mi mamá o a mi papá.
López, con esto, quiere dar a entender que los roles cambian y que la comedia es un medio para alivianar lo que año tras años se torna temeroso para los que dejan de ser solo adultos para convertirse en padres, y es por ello que cada una de las frases comunes de los padres como “búsqueme, usted verá” o “mientras viva en mi casa se hace lo que yo diga”, Andrés asegura deben ser puestas en “tela de juicio”.
Al respecto dijo, “Yo pienso que la comedia y todas las artes sirven a la humanidad, o sea, tiene que existir un por qué y un hacia donde, yo voto por el romanticismo y ese estado del humanista de una comedia peligrosa que soluciona cosas es como que cuestiona el status quo al punto que una vez se me acercó una persona a decirme – gracias a usted resolví muchas cosas con mi papá – y muchas veces – La pelota de Letras – ha acompañado a familias o incluso a gente que hace tesis de grado o trabajo en la universidad sobre lo que yo dije, ese era el estado conspirativo de lo que hice, hacer reír por reír, no lo vale”.
El comediante también mencionó a Jorge Navarro, quién decía “hay dos tipos de versiones, el porquerría (porquería) y el ría porque… las dos versiones del estado del arte”.
Sobre su etapa paternal, la cual da a conocer abiertamente a través de sus redes sociales, nos dijo, “Yo siempre soñé con ser papá de una niña y siempre he estado rodeado por mujeres, y yo decía, yo quiero una niña porque me han entrenado tanto la mujeres que ya creo que estoy listo para una nena. Olivia es un espectáculo, ella ocupa cada átomo, se hace notar, nunca la he visto detrás de la falda de su mamá, siempre está delante de todo, es mi jefe, me dice – apúrate papá – es impresionante, desde que estaba de bebé, yo ya soy el papá de Olivia”.
“Es una experiencia el ser responsable de un niño porque es la labor más delicada es con un niño y una niña, ese es el punto de fragilidad de una nación, de una comunidad, hay una frase de un poeta colombiano, dramaturgo y humanista, Jairo Anibal Niño, él decía, – desde que haya un niño pidiendo en la calle, eso derrumba cualquier discurso político – y es cierto, entonces uno se compromete por esa criatura a crearle espacio suficiente para que pueda crecer saludable y para que pueda confrontar cualquier situación que le toque en la historia”, finalizó.