Tres curazoleños que vinieron a Venezuela con el propósito de “cazar talentos” para una petrolera israelí pasaron más de once meses privados de libertad, imputados por tráfico de personas y otros delitos.
Por Javier Ignacio Mayorca | Crónicas del Caribe
André Ryan Snijders (39 años), Sergei Paulus Ramphis (57) e Isidro Anacario da Costa (60) viajaron a finales de 2021 con la misión de captar a 157 técnicos y obreros especializados en distintas tareas de la industria petrolera. Lo hacían como agentes tercerizados de una firma israelí Dick & Doof.
Según el abogado José Amalio Graterol, todo el proceso de reclutamiento se llevó a cabo en el estado Falcón. Ramphis y Da Costa fueron los primeros aprehendidos. Un acta de la Guardia Nacional indica que, en la madrugada del 3 de diciembre de 2021, efectivos militares emplazados en un puesto de Boca de Aroa, sospecharon de cuatro hombres que iban en un Hyundai Senda azul, en dirección a Valencia.
El auto era manejado por Henri Gotopo, quien llevaba de copiloto a su hijo, Hender. Durante la inspección, los guardias hallaron 157 pasaportes. De ellos, 154 pertenecientes a venezolanos, y los demás a españoles y un peruano. Eso fue suficiente para que dos días después los buscadores de talentos, así como el conductor y su hijo, fuesen imputados por un fiscal de Falcón como si integrasen alguna red internacional de delito organizado.
Graterol indicó que los militares y el funcionario del Ministerio Público no tomaron en consideración que junto a los pasaportes estaban actas notariadas, en las que sus respectivos titulares dejaban constancia de que los entregaban a los curazoleños.
“Ellos iban a Caracas para llevar los pasaportes a Miami, donde les tramitarían las visas israelíes”, explicó el litigante.
Luego de la presentación en un juzgado de Tucacas, los curazoleños fueron llevados a una celda en la sede principal del Servicio Administrativo de Identificación, Migración y Extranjería (Saime), ubicada en la avenida Baralt.
Lea más en Crónicas del Caribe