La nueva alianza entre Rusia y China se forja desde que Rusia se convierte en un estado independiente en 1991. Durante periodos bélicos como fue la invasión de Rusia a Crimea en el 2014 y la reciente guerra con Ucrania, Rusia ha buscado el apoyo de China. Sin embargo, China ha evitado expresar su apoyo público a Rusia en este conflicto ya que depende de la tecnología del oeste para continuar su rápido proceso de desarrollo y así poder superar económicamente a EE. UU.. La alianza sino-rusa le ha facilitado a Rusia tolerar el bloqueo del grupo occidental, ha compensado la gran influencia de EE. UU. en el resto del mundo y también ha evitado que un grupo de países en desarrollo intervengan en este conflicto.
A raíz de la invasión rusa a Crimea, el intercambio comercial entre ambos países aumentó de $95,300 millones en el 2014 a casi $147,000 millones en el 2021, esperando que llegue a $200,000 millones este año por la guerra de Ucrania. Rusia exporta a China principalmente petróleo, gas y productos agrícolas, mientras que China vende productos electrónicos e industriales, y ha aumentado su inversión en proyectos energéticos y de infraestructura. Adicionalmente, las transacciones entre el rublo y el yuan han aumentado significativamente, lo que le ha permitido a China aumentar la influencia del yuan en el mercado internacional.
La economía china es cerca de 10 veces más grande que la rusa, y mientras que el PIB de Rusia se espera que se estabilice en alrededor de $2 trillones, el Fondo Monetario Internacional espera que el PIB chino llegue a $27 trillones para el 2027, por lo que en el largo plazo Rusia sería menos relevante económicamente para China, pero políticamente la alianza es importante para enfrentar a EE. UU. y al bloque de países del occidente.
Cuando Trump reclamó a China por incumplir los acuerdos de comercio internacional y subió los aranceles a sus importaciones, el presidente chino Xi viajó a Moscú en el verano del 2019 para fortalecer los lazos comerciales con Rusia. En marzo del 2022, China, junto con Nicaragua, Cuba, Bolivia y el no voto de Venezuela, se abstuvo de condenar la invasión rusa a Ucrania en la resolución de la asamblea general de NN. UU.. Adicionalmente, este año durante el congreso del cambio climático de NN.UU., China y Rusia bloquearon la propuesta que eliminaría la producción de energía a través de combustibles fósiles.
Ambos países han buscado el apoyo de los países en desarrollo para contrarrestar el poder de EE. UU. y a su vez, promover el uso del yuan en el comercio internacional. Desde esta perspectiva, se puede entender el acercamiento de estos países con los gobiernos autocráticos de Latinoamérica y sus acuerdos financieros en que líderes corruptos del socialismo del siglo XXI han hipotecado la producción petrolera futura como es el caso de Ecuador y Venezuela para enriquecerse y mantenerse en el poder. Sin embargo, estos líderes no son más que piezas útiles en este juego de ajedrez geopolítico entre gobiernos autocráticos de la alianza sino-rusa y los gobiernos democráticos del occidente.