El Papa Juan Pablo II tuvo el segundo papado más largo de la Iglesia Católica. Fue uno de los papas más queridos y carismáticos, pero también sufrió muchos atentados.
Uno de ellos casi acaba con su vida. Muchas personas todavía recuerdan con angustia ese momento en el que un terrorista disparó a sangre fría a Wojtyla cuando se encontraba en la Plaza de San Pedro, dentro del “Papamóvil”.
Un paraguas venenoso
Marek Latosa, uno de los mayores expertos del mundo en servicios secretos soviéticos y polacos, narró un hecho desconocido al periodista José María Zavala; éste posteriormente lo publicaría en su libro sobre san Juan Pablo II: “El enigma Wojtyla”.
Latosa le cuenta en primicia que, el cardenal Achille Silvestrini, le dijo que días antes del famoso atentado de 1981, los servicios secretos británicos advirtieron a la Iglesia del peligro que sufría el Papa y de la existencia de un plan para envenenarle por medio de la punta de un paraguas.
Método comunista
Tres años antes del atentado, en Septiembre de 1978 se produjo el asesinato de un escritor y disidente búlgaro llamado Georgi Markov. Éste fue asesinado precisamente por medio de un veneno, que penetró en su cuerpo a través de la punta de un paraguas.
Esto dio nombre al artilugio conocido como “paraguas búlgaro”. Posteriormente fue utilizado en el asesinato de más enemigos de los regímenes comunistas, y por ello, Juan Pablo II era uno de sus enemigos. El Papa polaco condenó abiertamente el comunismo, de la misma manera que condenó el nazismo.