Dos tarros de mantequilla de maní, que escondían las partes de un arma en el equipaje facturado de un viajero, le fallaron a su dueño al llamar la atención del personal de seguridad en el aeropuerto JFK de Nueva York este jueves. La Administración de Seguridad en el Transporte de EE.UU. decidió aclarar la situación tras la alarma en una unidad de rayos X y, literalmente con las manos en la masa, viscosa y amarillenta, confirmó sus sospechas.
Por RT
Un agente retiró del equipaje del viajero de Rhode Island los dos frascos con partes de una pistola semiautomática desmontada de calibre .22, envueltas en plástico y colocadas en medio de la sustancia cremosa.
“Las piezas de la pistola estaban ingeniosamente escondidas en dos tarros de mantequilla de maní, pero no había nada de fino en la forma en que el hombre intentó pasar de contrabando su pistola”, declaró John Essig, director de seguridad federal del organismo en el aeropuerto JFK.
El cargador de la pistola estaba con balas. Tras la inspección, el personal de seguridad alertó a la Policía, que confiscó las piezas encontradas, localizó a su dueño en la terminal y lo arrestó.
Si bien en EE.UU. se puede transportar las armas de fuego en bodega, los viajeros deben contar con la licencia correspondiente y presentar su pistola debidamente embalada y descargada. Las multas por intentar llevar armas no declaradas en un vuelo pueden ascender a miles de dólares, en función de las circunstancias atenuantes.
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