Raúl Ochoa Cuenca: Las lágrimas de Inesita

Raúl Ochoa Cuenca: Las lágrimas de Inesita

No obstante que hoy es 24 de diciembre día en el cual se celebra en todo el mundo la Nochebuena, una festividad cristiana que conmemora la víspera en que nació Jesús, que ante el drama que vive Venezuela, donde este principio de nuestras tradiciones cristianas  podrán ser celebradas por una muy ínfima minoría, me permito editar dos misivas firmadas por Ines Castillo, la viuda de un luchador político, con quien podíamos estar de acuerdo o no, pero,  en lo que en general se coincide, es que Sáez Mérida, en sus creencias era un hombre auténtico. 

La primera de estas dos cartas está dirigida al Ingeniero Juan Guaido, presidente encargado de la República Bolivariana de Venezuela, a quien grupos políticos componentes de la Asamblea Nacional, electa bajo el imperio de las leyes en el año 2015, intentan desconocer lo previsto en nuestra carta magna. Intentan desconocer e ignorar los artículos 233, 333 y 350 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela que prevén la existencia de estas instancias incluyendo la figura de la presidencia encargada. El actuar en forma contraria los diputados que asi decidan violar la constitución deberan ser acusados  decometer un delito al irrespetar de manera expresa lo previsto en ella.

 Políticamente  regalarle al enemigo del pueblo venezolano, a Nicolás Maduro, a Cuba y otros participantes del mal ejemplo que las autoridades ilegalmente constituidas de Venezuela le dan al mundo, lo poco de institucionalidad y de democracia que queda en el país internamente y ante el concierto de las naciones, luce al menos incomprensible.

La segunda carta que editamos fue de reclamo, escrita durante el año 2014 teniendo como destinatario a la Sra  Michelle Bachelet, quien en ese momento era Presidente de la República de Chile. En ambas misivas podemos ver la reciedumbre demócrata de Ines Castillo, la viuda del poeta, la viuda de Simon Saez Merida.

 

Raúl Ochoa Cuenca, 24 de diciembre del año 2022.

 

 Inés Castillo

La política es predecible y dura. Mi marido siempre marcó la diferencia entre ser político y ser revolucionario. Nunca fue un político, no buscó el poder a pesar de tenerlo cerca y nunca tuvo cargos públicos. Fue un revolucionario.

Y hago esta reflexión por lo ocurrido hoy en la reunión de la Asamblea Nacional legítima, para mí hasta hoy, con la propuesta que llevaron los G-4 (siempre fueron alacranes) de disolver el Interinato, figura legal hasta que acabe la usurpación, no importa quien sea, porque ante el vacío del presidente (por fraude ejecutado) el Presidente de la AN, de hecho y de derecho, es el Presidente hasta que acabe la usurpación.

Le tocó a Guaidó, por estar asilado Guevara, por puro azar, enfrentarse a ese complejo mundo que le tocó. Su atribución legal le molestó a los caciques de los partidos, pero el “novato” asumió con valor y no se fue del país, enfrentó amenazas, atentados, expuso a su familia. Cometió errores y aciertos, todos cometieron errores, vivió traiciones,  acoso de grupos violentos, pero logró reconocimiento internacional, salvar activos, apoyos importantes. Teníamos un Presidente no importa su nombre.

La dirigencia vestida de Pilatos llevó la propuesta de acabar el Interinato pues le daba escozor, sus diputados votaron por sus partidos y no por el país,  violaron la Constitución, se saltaron el Art. 233, la Separación de Poderes, convirtieron la AN en usurpadora del Poder Ejecutivo, con el placer de darle a Maduro a Guaidó en bandeja de plata al acabar con el Interinato, ello, creo, no debe ser gratuito.

Y lo que escribo hoy me hizo retroceder a 1958, cuando la Vieja Guardia adeca, que no entró a luchar contra Pérez Jiménez, de Betancourt hacia abajo, en la primera convención de AD, se alió con un grupo pequeño, que luego se dividió, ignoró la lucha de los jóvenes dirigentes que hicieron resistencia a la dictadura y a la hora de elegir al Secretario General Nacional, quien comandó la lucha final, a quien buscaban para matar, no lo  ratificaron y nombraron a uno de ellos ( tal vez viejo aprendizaje de Ramos Allup?) producto de la alianza de última hora.

Yo estaba presente porque era la novia de Simón, vivir esa injusticia me marcó. Lloré.

Pero, aunque no estaba presente, Luis Herrera Campins se enteró y publicó un artículo en la prensa nacional: “Las lágrimas de Inesita”.

Imagino cómo se siente la esposa de Guaidó. Constatar lo sucia que es la política es muy duro y mucho más cuando quienes la aplican por ambiciones personales y políticas, no por el país, quienes cometieron miles de errores, torpedearon o se ampararon en el asilo sin enfrentar a la dictadura, sean los que fraguaron la Usurpación de hoy.

He vivido muchas veces estás prácticas. Simón terminó saliéndose del MIR  por las deslealtades, actos a sus espaldas para conseguir financiamiento de Pedro Estrada con la vista puesta en una curul y otras muchas torpezas y zancadillas. Él siguió en su línea solo, sin buscar poder ni trepar.

Por mi parte la coraza que creí que tenía, hoy dio paso al viejo recuerdo. No puedo decir nada a la familia del Presidente, es el tiempo el que nos muestra la podredumbre ante la cual hay que prepararse.

No hay lealtades Juan, hay una selva con alimañas.

***

(A mí Mozo)

 

                                                                                                 Caracas, 14 de marzo 2014

 

Sra. Michelle Bachelet                                                                                                              Presidenta de Chile

Mis respetos.-

Ud. no me conoce pero seguramente el nombre de mi esposo Simón Sáez Mérida, fundador del MIR en Venezuela, hombre de izquierda intachable y crítico, con fundamentos muy serios, del gobierno de Chávez, quien falleció por la acción del hampa en Venezuela que ha cobrado más de 200.000 víctimas, le dirá algo, en el entendido de ser su viuda y compañera de vida por 47 años, de quién es la persona que se le ocurre mandar una nota como la presente a una persona en tan alto cargo.

Esperé expectante la respuesta al periodista que la entrevistó en CNN Chile sobre la libertad de expresión en Venezuela y el bloqueo incluso de NTN24 y su respuesta me hizo sentir mal,  se lo confieso, cuando deduje que la amistad o la ideología a veces se pone por encima de los derechos de los pueblos hermanos. Aunque en términos generales se expresó a favor de la Democracia y defensa de los DDHH sobre lo cual Ud. tiene amplia experiencia personal que se le reconoce, en lo concreto, ante la pregunta, prefirió escurrir su respuesta como defensora de esos derechos al señalar que al menos en Chile, de acuerdo a la Constitución, la libertad de expresión era un derecho, pero que no conocía la legislación venezolana.

Muy lamentable realmente su respuesta porque a nivel mundial la libertad de expresión es un derecho consagrado y uno de los parámetros para medir la democracia en los países. Tampoco es válida, y Ud. disculpe, de que sólo tenía la información de prensa sobre lo que ocurría en materia de DDHH, porque los representantes diplomáticos chilenos deben haber puesto al día al Gobierno de Chile sobre las graves violaciones a los DDHH que ocurren en Venezuela, incluso mayores que las que he observado en mi larga vida desde niña, a partir de la dictadura de Pérez Jiménez, cuando mis dos padres fueron presos políticos por años, incluso mi padre en un campo de concentración, así como tampoco las represiones sufridas durante los regímenes bipartidistas antes de Chávez, épocas de guerrilla y de lucha armada, cuando mi marido también estuvo preso por cinco años. Tenga la certeza de que la represión masiva e indiscriminada sufrida en este momento en Venezuela es inédita tanto en extensión como en brutalidad.

Hoy el Vicepresidente e hijo político de Chávez ha amenazado con meter presos a los que protesten, frase que me hizo recordar los campos deportivos convertidos en cárceles en Chile bajo la dictadura de Pinochet donde, por cierto, fusilaron a un familiar de mi marido. La protesta es generalizada en todo el país.

Sin sacar de nuevo la deuda que la izquierda chilena tiene con Venezuela, su pueblo y con los gobiernos anteriores al de Chávez, conducta caribeña que nos caracteriza, es menester decirle, como mujer de izquierda, que la respuesta automática operó sobre este punto expresado en la entrevista antes mencionada. Así lo sentí.

Siendo opositores mi marido y yo al gobierno de Carlos Andrés Pérez, ante mis ojos y de muchos venezolanos, el ex-presidente venezolano mostró mayor compromiso con la democracia hacia lo externo, al menos con los chilenos y los argentinos, a pesar de sus antecedentes en cuanto a la izquierda venezolana, la represión y los conflictos internos que vivimos. No sé en nombre de cuál izquierda el denominado bloque de mandatarios solidario del presente gobierno de Nicolás Maduro, se expresa. El de Venezuela no es de izquierda, no es socialista. Es un régimen de fuerza militar que aplica terrorismo de estado para mantenerse en el poder.

Aunque Hugo Chávez no está, se encargó de designar militares como sus candidatos a las gobernaciones por lo que ahora, generales en su mayoría, no precisamente de izquierda, comandan las regiones sobre todo donde han sido mucho más violentos los ataques contra los estudiantes y la población civil desarmada que protesta por el estado de miseria en el que estamos sumidos y la inseguridad, por parte de la Guardia Nacional Bolivariana y los grupos paramilitares afines al gobierno.

No es posible olvidar la frase que Chávez repetía cada vez en cadena nacional: «no lo olviden… esta revolución es armada, armada, que no se les olvide nunca, y el pueblo va a defender con las armas esta Revolución… «

Me permito mencionarle, no obstante, algunas frases sobre libertad de expresión de la Constitución venezolana en el Capítulo sobre Derechos Civiles aprobada en 1999 bajo el mandato de Hugo Chávez. «Art. 58… Toda persona tiene derecho a la información oportuna, veraz e imparcial, sin censura de acuerdo con los principios de esta Constitución… «Incluso la información no puede ser suspendida ni en estados de excepción.

También la Constitución establece la Autonomía Universitaria y el día jueves 13 de marzo nuestra gloriosa Universidad Central de Venezuela fue agredida por contingentes militares y por colectivos armados, para impedir que marcháramos (derecho consagrado también). Se recolectaron 850 cartuchos de bombas lacrimógenos dentro de nuestro recinto, profesores y estudiantes fueron heridos, sólo para mencionarle como ejemplo un sitio donde destacados profesionales chilenos hicieron una brillante carrera docente y aportaron a nuestra educación superior valiosos conocimientos.

No puedo dejar de reconocer mi admiración hacia Ud. como mujer que se enfrentó a una dictadura. Mi madre también fue torturada durante la dictadura de Pérez Jiménez y pasó cuatro años presa en un remoto lugar del país, sin visitas, mientras mi padre, al otro extremo de la geografía, era sometido a trabajos forzados. Por ese vínculo que uno establece, emocional en lo primario, es que me he atrevido a escribirle.

Si el hampa no hubiese cobrado la vida de Simón tal vez él le hubiese escrito con la vehemencia que lo caracterizaba como un hombre de izquierda verdadero y con el verbo encendido, como lo hizo en vida para denunciar la farsa que a nombre de la izquierda se ha montado, así como contra la corrupción que ha sumido en la pobreza a un país tan rico como el nuestro y, para males mayores, desacreditando a la izquierda de América Latina.

Me valgo, para mandarle la presente, de los buenos amigos chilenos que vivieron en Venezuela y que compartieron con mis hijos las aulas universitarias, personas de mi profundo y eterno afecto.

Disculpe Ud. la osadía, mi marido no está y yo recojo su bandera.

Saludos.

Inés Castillo

Exit mobile version