Antes de ofrecer algunas claves para entender la reciente decisión de la legítima Asamblea Nacional (AN), es necesario darle contexto pues es natural que la gente sienta confusión y que la oposición se desdibuja. Es tal el desconcierto que el cuadro se percibe incoherente, casi absurdo. Veamos….
Un marciano o cualquiera que vea la situación desde afuera podría concluir que en Venezuela la oposición realmente no es “oposición” porque está a cargo del Gobierno Interino, el cual no aparece en la Constitución pero existe en la mente de muchos, aunque no pague nómina, ni tenga policías, bomberos o militares, ni ministerios, carezca de recursos y en definitiva, no pueda resolver ningún problema. Así las cosas, si hablamos del Gobierno Interino habría que admitir que es tan ineficiente como el de Nicolás Maduro, el cuál si aparece en la Constitución como Poder Ejecutivo Nacional pero en realidad tampoco es gobierno pues ahora es la oposición del Gobierno Interino.
De manera que en Venezuela no se sabe exactamente quién es gobierno y quién oposición. Un gobierno es interino y el otro usurpador, uno no tiene recursos y el otro se los roba. En teoría ambos son gobierno pero -por una u otra razón- ninguno de los dos gobierna y ambos quieren perpetuarse. A estas alturas, cabe la pregunta, si todos son gobierno ¿Entonces no hay oposición?
Lo peor es que si la legítima AN -esa que el mundo democrático reconoce y fue electa en el 2015- intenta corregir el entuerto y enfocar a la oposición en su verdadero rol, sus parlamentarios pueden ser acusados de traidores al Gobierno Interino o aliados del Gobierno Nacional, aunque el primero no existe y al segundo nadie lo reconoce! Diría el marciano, “con razón están como están”.
Es obvio que en este zafarrancho el gran beneficiario es Maduro, quien sigue instalado en Miraflores ejerciendo el poder real mientras la oposición se enfrenta por un gobierno de mentira. Nada más parecido a “dos borrachos peleando por la botella vacía”. Dicho esto, comparto algunas claves que nos permitan entender lo que pasa, enfocarnos en lo verdaderamente relevante y salir del laberinto:
1. El problema no es jurídico, es netamente político. En un país donde prevalece un régimen autoritario y no hay Estado de Derecho, las controversias en torno al poder no se pueden dilucidar a partir de criterios legales, no existe TSJ al cual acudir por un dictamen y la opinión de los juristas suele utilizarse para apuntalar a conveniencia una posición u otra.
2. En el 2019 la legítima AN asumió que había un vacío de poder y procedió a construir una salida inédita a partir de una interpretación de la Constitución. Surge así la figura del “Gobierno Interino”, la cual expresamente no aparece en nuestra Carta Magna pero el Parlamento le dio carácter legal y la legitimó, insisto, a partir de una interpretación muy válida de la CRBV.
3. A los que quieren llevar este debate al campo jurídico, hay que decirles que también el “vacío de poder” que dio origen al Gobierno Interino, es también una interpretación del momento por parte de la legítima AN. Siempre fue un “vacío” muy sui generis, pues Maduro estaba y está en Miraflores, así sea en calidad de usurpador. En todo caso, para otra parte del país Nicolás Maduro fue proclamado por el Poder Electoral (CNE), luego de unas elecciones “legalmente” convocadas y dónde la oposición decidió no participar. Podemos cuestionar los argumentos pero esa es “su verdad” y está cubierta por un ropaje legal. Por fortuna, el debate planteado no es jurídico.
4. La decisión del 2019 se toma en una determinada coyuntura y con un objetivo específico: el cese de la usurpación. Si pasado el tiempo, cambian las circunstancias y se constata que no se ha logrado el objetivo, el Parlamento puede -y debe- revisar, revertir o modificar su decisión para adecuarse a la nueva realidad y reenfocarse en el objetivo. ¡Y eso fue lo que se hizo! Entonces, si aquella decisión era legal y legítima ¿Por qué está no?
5. Se trata simple y llanamente de un acto democrático realizado por la mayoría de los parlamentarios de la legítima AN, esa que la oposición democrática reconoce y que sirvió para darle piso político a ese invento -en el buen sentido de la palabra- que fue el Gobierno Interino. Que prevalezca la decisión de la mayoría -con respeto a la minoría- es la Regla de Oro de la Democracia ¿Ahora la mayoría no sirve y hay que descalificar su postura? ¿Cuál es el concepto de democracia que subyace en quienes alzan ahora su voz en contra de la legítima AN? Que algún jurista hable ahora de un “golpe parlamentario” o que se ha roto el “hilo constitucional” es una atrocidad, y si lo dice un magistrado pues será un “disparate magistral”.
6. El “invento” del Gobierno Interino fue útil en ese momento y tuvo el respaldo internacional pero una evaluación objetiva debe conducirnos a revisar la ruta ¿Qué sentido tiene aferrarse a una estrategia que no ha logrado su cometido y cada día pierde respaldo popular e internacional? Si Maduro quiere perpetuarse en el poder ¿La oposición debe hacer lo mismo con el Gobierno Interino?
7. No es cierto que si se suprime la figura del Gobierno Interino, estarán en riesgo los activos de la República en el exterior: estos seguirán protegidos por una instancia Ad Hoc del parlamento, por las medidas ejecutivas del gobierno norteamericano y como resultado de las sanciones internacionales impuestas al régimen. Tampoco es cierto que EEUU va a seguir reconociendo a Guaidó y va a desconocer la decisión soberana de la legítima AN, ellos entienden la autonomía de los Poderes Públicos y saben que ese parlamento es el mismo que creó y le dio sustento político al Gobierno Interino. ¿Ahora no me gustan sus decisiones?
8. El argumento más estúpido que he escuchado es que esa mayoría de la AN procura los beneficios y privilegios del Gobierno Interino, entre otros la administración de los activos en el exterior. Si esa es la motivación de esta pelea, entonces la minoría que se aferra al Gobierno Interino lo hace para preservar dichos beneficios para su reducido entorno, obvio. El argumento es un chinazo en el ojo…
9. Por cierto, hay “ruidos” con relación a la administración de recursos públicos por parte del Gobierno Interino. No especulemos pero es bueno destacar que la modificación aprobada por la AN incluye mecanismos para despartidizar la gestión administrativa, incluso la posible contratación de reconocidas firmas para tener a técnicos venezolanos al frente de los procesos, en vez de activistas de partido. Buena noticia! Hay que hacer todos los esfuerzos por darle transparencia a la gestión pública, de eso también se trata el cambio ¿Alguien está en contra de iniciativas que marchen por esa vía?
10. Finalmente, lo peor que puede pasar es que los factores políticos que luchan por un cambio, demuestren que carecen de la tolerancia necesaria para asumir y procesar sus diferencias, las cuales son inherentes a la vida en democracia. Sería una torpeza inmensa que justo cuando el país exige unidad y vamos a las primarias, la diversidad de opiniones sean motivo de agresiones, insultos y descalificaciones. ¿No es exactamente eso lo que hace el chavismo? Si somos incapaces de respetar las diferencias ¿Cómo hacer creíble nuestra voluntad de cambio? ¿Es esa la oposición que merece el país? En estos tiempos navideños, de concordia, bien vale una reflexión…
Twitter: @RichCasanova
(*) Diputado CLEANZ / Vicepresidente de ANR del Colegio de Ingenieros de Venezuela