El presidente de Rumanía, Klaus Iohannis, llamó este miércoles a su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski, para reafirmarle su apoyo y transmitirle “la preocupación y el malestar” de Bucarest por la nueva ley de minorías aprobada en diciembre por Ucrania.
“El presidente Klaus Iohannis ha solicitado al presidente Zelenski que encuentre soluciones rápidas que respondan y remedien estas preocupaciones”, se lee en el comunicado de la administración presidencial rumana, que hace referencia a la recepción negativa que la ley habría tenido entre la minoría rumana de Ucrania.
Según el comunicado, Iohannis y Zelenski han acordado una reunión entre los ministros de Exteriores de ambos países para “solucionar de manera bilateral” el desencuentro a raíz de la cuestión de la minoría rumana.
Zelenski, según la nota, “expresó su disponibilidad a encontrar soluciones en beneficio de la comunidad rumana de Ucrania, de manera que ésta disfrute de los mismos derechos que tiene la comunidad ucraniana de Rumanía”.
Bucarest criticó el 22 de diciembre la ley aprobada días antes por la Rada Suprema de Ucrania, al considerar que no reconoce suficientes derechos a recibir educación en las lenguas minoritarias ni garantías para que quienes las utilizan puedan ser atendidos por la administración pública en su lengua.
Zelenski no atendió la petición de Bucarest para que revisara la ley y la sancionó sin cambios el 30 de diciembre.
El Gobierno rumano también reprochó a Kiev que no se consultara con la Comisión de Venecia a la hora de elaborar la ley, que según Bucarest no cumple con los estándares de la Unión Europea (UE), lo que podría complicar el apoyo de Rumanía a la candidatura de ingreso de Ucrania.
Unos 150.000 ciudadanos ucranianos se identificaron como integrantes de la minoría rumana en el último censo oficial realizado por las autoridades de Kiev, que data de 2001. Unos 260.000 ciudadanos ucranianos se identificaron en ese mismo censo como moldavos.
Bucarest exige a Kiev que deje de ofrecer a sus ciudadanos la posibilidad de declararse también moldavos, pues considera la lengua y la identidad moldavas un constructo de la Unión Soviética para debilitar la identidad rumana en los territorios que le arrebató en virtud del Pacto Ribbentrop-Molotov entre Berlín y Moscú.
EFE