La alegría y las golosinas que, por costumbre, los Reyes Magos llevan a los niños de Venezuela tomaron por sorpresa este viernes a más de 200 pequeños de una comunidad Wayú -la mayor etnia del país- asentada en una barriada del oeste de Caracas, que, por primera vez, recibió esta visita real.
Cargando cofres llenos de dulces, Melchor, Gaspar y Baltasar se presentaron ante los niños y les contaron de la tradición cristiana, sin ocultar la emoción por visitarlos en este sector en el que los caminos son de tierra y las casas rudimentarias, sostenidas con madera o láminas de zinc.
La comunidad, en la que residen unos 500 wayús, está asentada en los márgenes del cementerio más grande de Caracas, a donde los voluntarios llevaron algo de ropa, alimentos típicos de la época navideña y dulces para regalar.
Los niños, atraídos por la vestimenta colorida y las coronas de los reyes, recibieron los obsequios y acompañaron al trío que esta vez no siguió una estrella en Belén, sino el sol de justicia de la capital caribeña.
“Calculamos que son más de 200 niños, porque aunque estamos en la comunidad de La Quinta, sabemos que hay sectores aledaños desde donde los niños comienzan a llegar cuando ven a los Reyes Magos”, explicó a EFE Ángelo Rangel, líder del grupo social que organizó la actividad.
Se trata del tercer año consecutivo en el que estos voluntarios visitan alguna favela para llevar los dulces que son donados por quienes se enteran de esta iniciativa a través de las redes sociales.
Irvin Pacheco, uno los Reyes Magos, expresó su satisfacción por formar parte de esta obra, con la que siente que hace una retribución a la sociedad.
“Yo viví en mucha pobreza y nunca tuve una alegría así como esta de que alguien me diera algo, los Reyes Magos, y por eso lo hago, porque me llena ver a los niños más necesitados, (…) llevarles algo para que tengan, por lo menos, una alegría el día del hoy, una satisfacción”, contó a EFE.
Esa alegría también fue expresada por residentes de la comunidad, como Daniela González, una mujer de 29 años que agradeció a los voluntarios por los regalos que entregaron a sus tres hijos.
La joven indígena, que lleva 20 años viviendo en Caracas, dijo desconocer la tradición de los Reyes Magos, pero se mostró feliz de conocerla y de la expectativa que generó en los niños, pues la visita había sido anunciada días atrás por dirigentes comunitarios.
“(Estoy) demasiado contenta, más (por) los niños que están contentos y algunos ya saben ahora lo que significa eso para ellos”, dijo a EFE.
La visita real finalizó entre abrazos y juegos propiciados por los tres Reyes Magos venezolanos, quienes prometieron esparcir los valores de la solidaridad y la empatía en las barriadas caraqueñas.
EFE