Propuestas rebuscadas, análisis y consecuencias no dependen de mequetrefes zascandiles del castro madurismo, ni de algún chiquilicuatro negociador en México, tampoco del mandatario zurcefrenillo, menos lo que diga el tragavirotes del secretario de Estado, o cualquier susurró del presidente; quien, por cierto, le indica al socialismo bolivariano, lo qué rumean en la Casa Blanca sobre Venezuela, incluyendo recados de fácil encriptación para los agentes cagalindes infiltrados, con los cuales, no se precisa acuerdo, sólo instrucciones. Habla el embajador es un buen ejemplo.
El ruso, adopta actitudes para que leales e ignorantes, anhelantes y obedientes como el títere cubano, crean tiene poder para en vez de molestar, preocupar a estadounidenses y europeos. Los chinos dejan de lado la controversia; su atención y preocupación está con el insólito problema del incontrolado Covid, Taiwan y la Ruta de la Seda.
En USA, las complicaciones internas aturden. Índice de empleo e inflación, la recesión va y viene, ventas de mayoristas y minoristas fluctúan, acordar presidente para la Cámara de Representantes, tercero en la línea de sucesión es gravosa, y un sinfín de etcéteras; por lo que su insomnio, lo dedica a interés propio. Ha sido siempre así, lo comprobaron a lo largo de la historia, Fulgencio Baptista, Rafael Leónidas Trujillo, Manuel Antonio Noriega y la angloparlante familia militar que gobernaba Nicaragua, entre muchos otros-. Es sólo importante lo que acontece en Washington; un poco lo que ocurre en Londres y Bruselas, con los desasosiegos por Pekín y Moscú. Así es la corta mirada norteamericana.
La oposición venezolana -G4- traicionó, vendió y entregó; desaprovechó la conexión ciudadana y la extraordinaria oportunidad de ubicarse en la mirada del mundo y salir del aprieto. Sin embargo, la imbecilidad los puso a discutir pendejadas como: no es vinculante el mandato del 16J y mejor doblarse para no partirse, y tantas otras bolserías, que despilfarraron el respeto de la ciudadanía y malversaron la dignidad. Embusteros no rindieron cuenta y patrañeros se corrompieron; lucharon por dinero y posiciones que les dieran acceso a fortunas, prostíbulos, deleites y comodidades; hasta que la Casa Blanca y el Departamento de Estado entendieran que el Gobierno interino podía ser o no legítimo, pero no era más que un entramado ficticio en el vacío que les cobraba para atesorar, y que el poder, fuese o no genuino, quien lo tenía en Venezuela era el régimen castrista y, en consecuencia, con él, tenían que conversar, entenderse, tanto si los reconocían como si no.
Pero también se percataron, el régimen carecía de lo que Washington otorgaba a los codiciosos, ávidos y ególatras opositores. Dinero. Y para dárselo a exiguos incompetentes sin poder, mejor lo entregaban a delincuentes ineficaces con el control del territorio y las instituciones. El G4 con el interino, se disolvieron en la brisa cálida caribeña.
Descubiertos y desprestigiados, cómplices del castro-madurismo, invitan del chantaje de la unidad a la extorción de la unión con cúpulas fracasadas, invocando indulgencia e impunidad, borrón y cuenta nueva. ¿Qué pasará con los asesinados, torturados y exiliados, presos políticos y familias divididas, Derechos Humanos violados, empresas expropiadas y la miseria nacional? Pretenden los pícaros, un Alzheimer general, una demencia senil colectiva, pérdida de la memoria de sus traiciones, burlas e indecencias; para abrazar los que apuestan la estadía socialista hasta el 2030. No busquemos salida en perjuros, porque no la hay.
Décadas de fracaso y frustración chavista son asimismo de quienes fingieron oposición. Venezuela desesperada, lleva una cruz pesada. Los de siempre deben retirarse, son rechazados, están agotados, acabados y han consumido la esperanza ciudadana, que es la única obligada en asumir su propio destino y futuro. De allí, el G4 no quiere primaria, saben que enfrentarse al escrutinio ciudadano los desplazaría, perderían su modo de vida, no tendrían privilegios y su posición de intermediarios cesaría. La Comisión de Primaria está en deuda con Venezuela por el anuncio del cronograma. Pareciera que esperan instrucciones. De ser así, es muy grave.
Hay que retar a la redamancia ciudadana, apostar al sentimiento del reencuentro, desafiar a la eremiomanía, deseo por la calma del arraigo, imponer la solvencia moral y ética, usando la abundancia en buenas costumbres.
@ArmandoMartini