Los que somos docentes por vocación, sentimos, apreciamos con particular interés y satisfacción que no existe profesión más gratificante que esta, al poder poner nuestros valores personales, nuestros conocimientos al servicio de la formación y desarrollo de otros, poder ayudarlos a alcanzar sueños y encauzarlos hacia el logro de objetivos y metas, que los transformen en seres útiles para nuestra sociedad.
Es una labor encomiable de hombres y mujeres al servicio de la formación, es un camino en el que se entregan todas las herramientas, conocimientos y se pone toda la dedicación en los niños con el propósito de llevarlos a ser profesionales de bien. Esta ha sido desde siempre la labor del docente y desde hace muchos años ya esta honorable labor no es bien reconocida por las autoridades que deben hacerlo.
La voz de los docentes se había mantenido silenciada, el amedrentamiento, las amenazas, las posibilidades de ver afectada su carrera profesional por aquellos que detentan el poder había causado una pausa en el tiempo; pero de unos años hacia acá una dirigencia combativa y unos educadores cansados del atropello constante han tomado una decisión importante, salir a las calles a ejercer su derecho a la protesta, establecido en el artículo 68 constitucional el cual establece que “los ciudadanos tienen derecho a manifestar, pacíficamente y sin armas, sin otros requisitos que los que establezca la ley. Se prohíbe el uso de armas de fuego y sustancias tóxicas en el control de manifestaciones pacíficas”.
La lucha de los educadores es reflejos de la situación integral del país, es la misma situación que atraviesan los enfermeros de Carabobo y de toda Venezuela, que vienen desde hace ya mucho tiempo exigiendo reivindicaciones laborales y haciendo un llamado de conciencia a todos y que decir de los Jubilados y Pensionados, hombres y mujeres que dieron sus mejores años al servicio de la nación y hoy reciben una pensión de hambre, humillándolos y vejándolos en su dignidad como seres humanos.
Las protestas de los docentes y de los demás trabajadores del Sistema de Educación es una clase Magistral a la sociedad, es un llamado inmenso a un país que a veces parece aletargado ante la atroz actitud de los que detentan el poder, todos y cada uno de los representantes que dejan a sus hijos en manos de estos valientes docentes deben acompañar esta lucha por demás justa y necesaria.
Luis Beltrán Lara Castillo
Sec. General
Encuentro Ciudadano Carabobo