Carlos Ochoa: El despecho de Shakira y la civilización del espectáculo

Carlos Ochoa: El despecho de Shakira y la civilización del espectáculo

Vargas Llosa, en su texto “La civilización del espectáculo” afirma casi como un reclamo, que la  educación liberal no ha garantizado el progreso, la paz, la libertad ni la igualdad de oportunidades  en las democracias modernas, lo que representa un fracaso de magnitudes gigantescas que tiene  sin duda unas consecuencias globales que nos incriminan a todos, quizá eso explique la falta de interés de la cultura de masas por temas sensibles como la guerra, el hambre y a nivel más abstracto la libertad y la democracia.

Para intentar entender el tema, tenemos que aceptar que existe una crisis civilizacional que se presenta como un quiebre de época, pasamos del homo sapiens al homo videns, del conocimiento analógico a lo digital y de este, comenzamos a transitar al cuántico disolviendo con esto los límites, las fronteras que nos daban resguardo e identidad. La vida tal como se está configurando en el presente, lo que entendemos por vida, no se vive ni se experimenta se representa, se simula, se enmascara en una imagen que sustituye la existencia real con la suma de todas emociones y memorias.

Un ejemplo que nos puede ayudar a explicar esta realidad es la cantante colombiana Shakira, como millones de personas en el mundo la barranquillera se separó de su pareja, por la fama de ambos los medios de comunicación han convertido el acontecimiento en noticia de interés global, por encima de la tragedia de la guerra de Ucrania, por mencionar solamente un tema que pierde interés porque las imágenes de los edificios destruidos, las víctimas del conflicto no aportan el morbo necesario para capturar la atención que requiere  una representación con nuevas imágenes, difíciles de obtener porque la cruda realidad que se vive en ese país se repite de manera invariable en todos los medios.





El nuevo video de Shakira es la representación de su separación conyugal, es un despecho musical con mensajes directos a su ex pareja, en unos pocos días se ha convertido en tendencia mundial con decenas de millones de visualizaciones en las distintas plataformas, convirtiéndose en la canción en español más vista y escuchada de la historia, Shakira en esta y en una canción anterior expone lo que se supone es su vida privada a una audiencia global, que se engancha por el morbo que tiene la exposición pública de la vida de los ricos y famosos, incluyendo por supuesto la los héroes deportivos, músicos y personalidades que son mediáticamente seguidas hasta el acoso, en el caso de Shakira como ella misma dice en su nuevo tema las mujeres ahora facturan, algo que no dudo por la cantidad de personas que han visto y verán el video para conectar con la banalización no del mal sino de la tontería, lo bobo, lo intrascendente, quizá en ello encontremos razones para explicar lo que afirma el Nobel Vargas Llosa, que por viejo príncipe verde también terminó en la portada de la revista Hola como otro protagonista de la civilización del espectáculo que tanto cuestiona, por una pasión de la “pichula” (pipí) como narra en su cuento de 2020 “Los vientos”, en lo que se entiende es parte de lo vivido con la reina de corazones la socialité Isabel Preisler.

Que una representación musical de una separación de pareja tenga más atención en los medios digitales que una guerra o el drama que viven millones de seres humanos en la pobreza y sin libertades no es un síntoma de la perdida de humanidad, es voltear la mirada al vacío de una existencia idiota sin memoria ni valores, de eso trata la crisis de la civilización hecha espectáculo, más allá de la buena o deficiente educación liberal de los países democráticos.