Cansados de los bonos chavistas, deficientes salarios y fallas en la seguridad social, los educadores del estado Apure volvieron a las calles este lunes 16 de enero para llevar a cabo una actividad denominada “El pancartazo”, frente a las instalaciones de la Federación de Trabajadores del estado Apure (Fetrapure) en San Fernando.
María Eugenia Díaz // Corresponsalía lapatilla.com
Finalizada esta actividad, gremios decidieron marchar desde el bulevar hasta la gobernación del estado Apure, con el propósito de exigir al primer mandatario regional, Eduardo Piñate, se siente a dialogar con los gremios de la educación para discutir el contrato colectivo y así aprobar mejoras para el sector.
Los padres y representantes de las instituciones educativas en el estado llanero también se plegaron al paro, convocado por los sindicatos, al dejar las aulas vacías sin estudiantes, porque en las escuelas no hay comida. Solo asistió el personal directivo a las instituciones educativas públicas.
Martín Paredes, coordinador del Comando Intersindical de Apure, desde las puertas de la gobernación, agradeció el respaldo de los padres y representantes a la lucha de los maestros, quienes actualmente también sufren los mismos problemas de la sociedad venezolana y que ameritan solución.
“No es posible que los maestros sigan viviendo en la indigencia, porque devengamos salarios devaluados ante la pulverización de la moneda. Es necesario un aumento salarial y medidas económicas para poder restituirle a los trabajadores el poder adquisitivo”, apuntó.
Paredes objeta los intentos fallidos del gremio de educadores de hablar con el gobernador Piñate en torno al tema.
“Nunca se ha sentado con los gremios a discutir la realidad del sector. Durante un año de su gobierno, se han deteriorado los derechos y beneficios de los maestros activos y jubilados durante más de 30 años, a lo cual debe responder el gobernador”, manifestó.
Ledys Ramos, presidenta del Sinditi-Apure, indicó que los maestros de los siete municipios del estado Apure se encuentran en las calles para solicitar a las autoridades nacionales y regionales mejoras salariales, condiciones óptimas en las escuelas destruidas, el mejoramiento de la seguridad social y una vida digna.
“Los docentes sobrevivimos con 10 a 15 dólares mensuales, que no significan absolutamente nada ante esta crisis vivida por los venezolanos. Haremos todas las protestas cívicas y pacíficas necesarias hasta que seamos escuchados y nuestro salario sea reivindicado. Todos los trabajadores estamos viviendo en condiciones precarias”, apuntó.
La razón de la manifestación, aseguran los educadores, no es sabotear al gobierno, sino más bien exigir un salario dolarizado, acorde con la realidad económica nacional.
“Es insólito que el gobernador de Apure se haga de la vista gorda a esta situación, porque es educador y además sindicalista. No entendemos porqué tanta apatía con los maestros”, apuntó la gremialista Ledys Ramos.
Colegios semiprivados también se sumaron al paro
El colegio católico Diocesano y Sagrada Familia se sumaron este lunes 16 de enero, a esta convocatoria de paro.
Una representación de estos docentes decidió expresar su descontento, sin perturbar el orden público, por la triste realidad de sus colegas.
La referida actividad se llevó a cabo en las inmediaciones de esta institución semi-privada, específicamente en la Sala de Conciertos José Antonio Abreu en San Fernando de Apure.
Andris Jiménez, profesora durante 10 años, acompañada de sus colegas con pancartas y banderas, exigió mejoras salariales para los educadores, fuente de sabiduría para las generaciones.
En tal sentido, la entrevistada rechazó la actuación de dos funcionarios policiales, quienes fotografiaron su presencia en el lugar para intentar amedrentarlas.
“No queremos un bono, sino más bien un salario digno que nos ofrezca calidad de vida a nuestra familia, que se discuta y se cumpla el contrato colectivo, porque nos formamos durante 19 años para obtener nuestro título en la universidad y no en una cajita de fósforo. Pedimos se nos respete nuestro derecho a la protesta. Tenemos mucha vocación, pero la mala situación económica nos sobrepasa. Con vocación no llevamos el plato de comida a nuestros hijos”, declaró.