Subidos a una patineta y agarrados bien fuerte a una sábana blanca, Gael y Agustín mantienen el equilibrio a pesar de las risas. Van de una punta a la otra de la habitación casa, entre el tender con la ropa le lavó su mamá Mabel y las paredes un poco descascaradas. De fondo suena Tina Turner, y es Ismael -el papá de los chicos, todavía con la ropa de trabajo, manchada con pintura y materiales de la construcción- el que le saca chispas a esas ruedas.
Por: Clarín
Gael y Agustín terminaron primer grado. No así nomás, terminaron con menciones especiales. Lo hicieron juntos, a la par. Como todo lo que hacen desde que nacieron: comer, reír, dormir, pelear, hacer preguntas y jugar al dígalo con mímica con sus papás, que tienen que adivinar si son Spiderman o Superman por las caras que ponen. Agustín y Gael son hermanos siameses.
Están unidos por el el pecho desde el intestino delgado hacia arriba. Cada uno maneja una de sus piernas y tienen sus dos brazos autónomos. Su historia quedó impresa en todos los diarios desde el día que nacieron en Argentina, en marzo de 2017. A su mamá, Belén, mientras se reponía de la cesárea, le anunciaban que, en el mejor de los casos sus hijos podrían sobrevivir 48 horas. Pero salieron adelante, y en dos meses van a cumplir 6 años.
Desde Córdoba donde Belén e Ismael Guzmán -su pareja y el papá de los chicos- están pasando unos días de vacaciones, contó que “también estamos celebrando una suerte de luna de miel en familia, porque nos casamos el 30 de diciembre. Recién ahora encontramos el momento, y lo hicimos”, relata.
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