Unos 40.000 presidiarios reclutados por el grupo de mercenarios Wagner han muerto, desertado, resultado heridos o caído presos en Ucrania, según informó este lunes la organización de defensa de los derechos de los presos rusos Rus Sidiáschaya (RS).
“En el frente combaten unos 10.000 (convictos), ya que el resto murieron, fueron heridos, desaparecieron, desertaron o se entregaron”, dijo Olga Románova, directora de RS, al portal My Russian Rights.
Las deserciones en las filas de los presidiarios, que se llevaron consigo las armas que les suministró la compañía militar privada, comenzaron en masa después del verano, precisó.
Según Románova, en su mayoría huyeron del frente ucraniano en dirección a Rusia, como demuestran algunos incidentes ocurridos entre la policía y los convictos.
También puso en duda que el director de Wagner, Yevgueni Prigozhin, “que prometió a (el presidente, Vladímir) Putin ganar la guerra”, lleve la cuenta de las bajas o deserciones entre los presos que combaten en el país vecino.
A la hora de justificar el reclutamiento en las cárceles rusas, Prigozhin respondió a los críticos que mejor que combatan en Ucrania los mercenarios o los presidiarios “que sus hijos”.
La Casa Blanca informó el viernes de que Estados Unidos impondrá nuevas sanciones contra Wagner por su implicación en el conflicto en Ucrania y lo designará como “organización criminal transnacional”.
El portavoz del Consejo de Seguridad de la Casa Blanca, John Kirby, dijo que EEUU sancionará también a aquellos que apoyen a ese grupo en “varios continentes”.
El Kremlin minimizó hoy la importancia de las sanciones estadounidenses y aseguró que no va a cambiar nada “a nivel práctico”.
El jefe del Wagner, Yevgueni Prigozhin, reaccionó el fin de semana al anuncio estadounidense diciendo que “por fin, Wagner y EEUU serán colegas”.
“Nuestras relaciones a partir de ahora se podrán definir como ‘disputas entre clanes criminales'”, afirmó. EFE