En Venezuela, los docentes tienen trabajos alternativos, dejan las aulas o migran. La profesión pierde atractivo. No hay generación de relevo. ¿Qué hay detrás de esta crisis? Prodavinci construyó una base de datos con el salario de los educadores que inician su carrera, para analizar la evolución de los ingresos entre 1997 y 2022. También procesamos las estadísticas de matrícula, nuevos inscritos y egresos de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador, la universidad pública más grande del país que se dedica exclusivamente a la formación de profesores. Encontramos los siguientes hallazgos:
Por Indira Rojas / prodavinci.com
—¿Quién te enseña a leer y a escribir?
—Mi papá.
—¿Tu papá es profesor?
—No, él trabaja en una pizzería.
Jesús tiene 6 años y no va a la escuela. Cuenta que su maestra renunció y desde entonces pasa el día en casa. Responde las preguntas mientras dibuja a su familia en una tarjeta de Navidad. Otros 24 niños y niñas participan en la actividad, reunidos en una casa en Carapita, un barrio al oeste de Caracas. La tarea es escribir qué quieren para las fiestas de diciembre, pero Jesús no sabe construir palabras por sí solo. Hace un esfuerzo. Pide un dictado letra por letra y así logra añadir un pedido especial: un cuatro para tocar con su papá.
Los 24 niños tienen entre 6 y 9 años. Son atendidos por dos profesores del Centro de Innovación Educativa de la Universidad Católica Andrés Bello (CIED-Ucab), un maestro recién egresado en Ciencias Pedagógicas y dos estudiantes voluntarios. Suben cada semana en jeep hasta lo más alto de la comunidad para hacer actividades de reforzamiento escolar, lectura y escritura. Una mujer que vive en el sector se sumó al proyecto hace 4 años. Siempre ha querido ser maestra. Estudiaba en la Universidad Nacional Abierta para ser profesora de Educación Integral, pero abandonó los estudios porque necesitaba buscar empleo.
Venezuela perdió 25% de sus maestros entre 2018 y 2021. El país contaba con 669 mil profesores y la cifra se redujo a 502 mil en tres años. Se estima que 59% desertó por los bajos salarios y las pobres condiciones laborales. El resto migró.
Los datos fueron extraídos del Diagnóstico Educativo Venezolano 2021, conocido como DEV, un estudio realizado por las firmas de investigación y datos ANOVA Policy Research y Devtech Systems, junto con la Ucab. El grupo de expertos aplicó encuestas en 399 planteles en los 24 estados del país, con una cobertura teórica de más de 199 mil estudiantes y 12.500 docentes.
Todo niño, niña y adolescente tiene derecho a ser formado y guiado por educadores motivados y preparados para los retos de la enseñanza. Las estrategias para garantizar docentes de calidad, según la Unesco, se resumen en atraer a los mejores candidatos para satisfacer la demanda y ofrecer incentivos para conservarlos dentro del sistema:
“Para poner fin a la crisis mundial del aprendizaje, los encargados de la formulación de políticas deben aumentar significativamente el número de docentes y brindarles todas las oportunidades necesarias para que dediquen su motivación, su energía, sus conocimientos y las competencias adquiridas durante su formación a conseguir el máximo rendimiento posible del aprendizaje de todos los niños y jóvenes”.
El clúster de educación de Venezuela advirtió en 2022 que “quizás el principal problema del sistema escolar es la falta de maestros/as certificados, provocado por la caída de los salarios. (…) En general las y los docentes, a pesar de un reciente reajuste salarial, tienen serias dificultades para poder cubrir sus necesidades de alimentación, vivienda, salud, servicios y bienestar en general”. El clúster de educación es uno de los mecanismos que coordina a los actores nacionales e internacionales que trabajan por los derechos en la emergencia humanitaria. Está liderado por el Ministerio para la Educación e incluye coordinadores de la Unicef y Save The Children. También participan organizaciones civiles.
Durante la Cumbre sobre la Transformación de la Educación de las Naciones Unidas, en septiembre de 2022, la ministra venezolana para la Educación, Yelitze Santaella, dijo que durante la pandemia fueron incluidos 56.000 nuevos docentes a las aulas, aunque no dio información sobre el déficit que enfrentaba el sistema. Aseguró que Venezuela cuenta con 434.892 educadores activos que, según la misma ministra, deben formar a 8 millones de estudiantes en el país. ¿Hay suficientes profesores?
Determinar cuántos docentes requiere el sistema es una tarea compleja. Juan Maragall, especialista en Educación del Banco Interamericano de Desarrollo, y Eduardo Cantera, director del CIED-Ucab, coinciden en que el cálculo depende de la disponibilidad de datos desagregados. Por ejemplo, tomar en consideración sólo promedios nacionales no permite verificar la demanda y la oferta en cada municipio, los reportes de alumnos inscritos no coinciden con los de asistencia y las necesidades de las escuelas rurales no son iguales a las de las escuelas urbanas. En la búsqueda de respuestas, ONG venezolanas, universidades y consultoras de datos han realizado estimaciones independientes sobre otro indicador relevante para entender lo que sucede dentro del aula: la reducción del personal. En Venezuela se perdieron, al menos, 166.338 docentes entre 2018 y 2021.
¿Cuánto valor perdió el salario docente?
El salario de un Docente I perdió el 95,9% de su valor en los últimos 25 años. Un maestro de esta categoría, que comienza su carrera profesional, percibía en 1997 un ingreso mensual equivalente a 428 dólares actuales. Incluso, llegó a ganar más de mil dólares mensuales entre 2001 y 2002. Al cierre de 2022, apenas recibía 19 dólares (329,85 bolívares según el tabulador actualizado en marzo).
Este deterioro de los ingresos implica que para igualar el monto que ganaba al mes un Docente I hace 25 años, un educador del mismo rango tendría que reunir hoy dos años de salario.
Un Docente I es el profesor titulado que se inicia en las aulas y tiene 3 años de servicio o menos. Es más probable que permanezca en el sistema educativo si está motivado por su remuneración o por el acceso a oportunidades para enriquecer su formación.
La categoría Docente I forma parte de un tabulador salarial que contempla seis rangos para los profesionales titulados como Profesor o con licenciatura en Educación, definidos según años de experiencia, estudios de postgrado y carga horaria.
El Ministerio de Educación y el magisterio determinaban los ajustes salariales y los beneficios laborales en las discusiones de cada convención colectiva. Hasta que, en 2018, el gobierno incrementó el salario mínimo y ajustó el tabulador a su valor. Se prometió mayor poder adquisitivo y estabilidad laboral. Sin embargo, las convenciones que fijaron salarios superiores al mínimo al inicio de la tabla debían “someterse a revisión”. Los profesores dejaron de recibir primas de transporte y bonos. Los pagos comenzaron a llegar tarde e incompletos. En 2018, se registró el salario docente más bajo de las últimas dos décadas en Venezuela: 1 dólar al mes para los profesores que se incorporaban al sistema. Los nuevos cálculos achicaron las diferencias entre categorías a un punto imperceptible. Un docente con 23 años de servicio o más y con doctorado ganaba solo seis bolívares más que un maestro recién graduado.
Hoy los educadores que se encuentran en la máxima categoría de la tabla no son la mayoría, “producto de la alta deserción de la carrera por los bajos salarios o por causas migratorias”, dice la Red de Observadores Escolares de la asociación civil Con la Escuela.
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